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Jerónimo Rosas V.

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¿Por qué los chilenos comemos tan poco pescado y marisco?

Con más de cuatro mil kilómetros de costa aún nuestro consumo per cápita es menor que el promedio mundial.

Es difícil resistirse a mariscales fríos y calientes, ceviches, machas al matico, picorocos, erizos, piures, cholgas, tacas y otro sin fin de productos que nos hacen agua la boca y que están constantemente disponibles en los terminales pesqueros como el de Talcahuano o directamente en las caletas como la de Tumbes, donde a lo largo del año encontramos pescados tan versátiles como el róbalo, rollizo, albacora, jerguilla, pejerreyes, pejesapo, bilagay o la sabrosa vieja.

Está clarito, debemos explorar y también cuidar lo nuestro. Dejemos descansar un rato al congrio, la merluza y también a la maravillosa corvina, ellos ya cumplieron.

Es momento que los amantes de la cocina nos demos el tiempo de hacer nuevas recetas o quizás las mismas pero con otros productos. Les aseguro que no hay nada más rico que un arvejado de rollizo con una buena copa de vino blanco y si es mostatel seco del Itata, hablará por si solo.

Es tanto así que Pablo Neruda, quien nos regaló la "Oda al caldillo de congrio", hoy estaría quizás escribiendo odas a nuestros "chupes" quizás al charquicán de cochayuyo o a las papas con luche, porque estos vegetales marinos son una fuente nutricional importante al ser altos en fibra y minerales hoy llamados a ser súper alimentos . En lo que queda del mes déjese seducir por el mar y disfrute junto a su familia de buenas machitas al pilpil con un poco de ajo, cacho de cabra y un toque de cilantro que es el compañero fiel de nuestras más tradicionales.

¡Mayo y todo el año es del Mar!


Descubra y prepare más sabores


de nuestro privilegiado litoral