Sebastián Lelio "Hoy se puede hacer una película con un celular"
El director del primer largometraje chileno en ganar un Oscar, conversó con El Rayo sobre su momento.
Marina (Daniela Vega), una mujer transgénero que acaba de perder a su pareja, Orlando (Francisco Reyes), conversa en el restorán donde trabaja como mesera con la detective Cortés (Amparo Noguera), quien le interroga por algunos detalles del deceso. La cámara la muestra silenciosa e incómoda respondiendo el cuestionamiento. En su espalda se pueden ver unos dinosaurios pintados en la pared, uno pareciera estar mordíendola. Más adelante la vemos soportando diferentes corrientes de la naturaleza: el viento que casi la puede botar mientras camina, y el agua que pareciera intentar mojarla en un lavado de autos.
Marina al igual que la protagonista de Gloria (Paulina García), son personas quizás fuera de su época, de lo "natural" en la sociedad; pero no son ellas quienes buscan alienarse, son los "dinosaurios" quienes no saben cómo reaccionar ante dos mujeres que resisten en la lucha de ser quienes son. Frágiles y firmes, el cine de Sebastián Lelio.
El director de Una Mujer Fantástica conversó con El Rayo sobre el legado de su generación en el cine chileno y las posibilidades creativas que se encuentra viviendo tras su exitoso paso por la alfombra roja de los Oscar.
Un lugar de riesgo
"Es un honor estar en esa mesa sentado con Cristián Warnken en primer lugar. Y, segundo lugar, me encanta el enfoque se le da a la conversación, porque creo que se trabaja siempre desde ese lugar de fragilidad o de vulnerabilidad. Un lugar de riesgo...", adelanta.
-¿Cuánto hay de Gloria y Marina en ti?
No sé cuánto de ellas hay en mí. Mucho me imagino. Pero lo que yo creo es que son personajes que tienen una especie de energía del futuro, no están conectados con energías del pasado, sino que tienen algo que tiene que ver con lo que viene. Desde su pequeño rincón, tanto Gloria como Marina tienen más que ver con lo que viene para adelante que con lo que ha sido [...] poder sentir lo que ya está en la textura social, en el aire. No es un ejercicio de futurología, sino que de sensibilidad de lo que ya está incubándose, por eso en el caso de Una Mujer Fantástica una parte puede recibirla con más escepticismo y otra la recibe con más naturalidad.
-¿Cómo se maneja la artesanía de tu cine ahora en la mega industria estadounidense?
La verdad es que siempre es artesanía, incluso en los niveles más industriales [...] tanto Avengers como Moonlight, requieren un artesano detrás, y yo me acuerdo de una conversación con Peter Weir (dir. The Truman Show, Capitán de mar y guerra, entre otros) que decía que el arte es un accidente que se produce a veces producto del amor por la artesanía, y eso me quedó muy grabado y creo que se mezcla con la conversación que vamos a tener.
-¿Sientes que hoy estás en una posición en la que tienes todo para hacer lo que quieras creativamente?
Bueno, digamos que hay mucha más atención e interés en lo que uno quiera hacer en términos de potencial financiamiento, y gente que está interesada en ser parte y muchos proyectos que están siendo ofrecidos, pero yo estoy más bien enfocado a desarrollar mis propios proyectos, y en ese sentido, sí. He tenido mucha suerte y estoy muy agradecido porque está la maquinaria para poder concretarlos, y eso es un privilegio súper grande.
-¿Cuál es la percepción que sientes que se tiene en el resto del mundo sobre los temas que están tratando en Chile?
Es difícil generalizar pero si pensamos en la visibilización del cine chileno en los últimos diez años, que ha sido un proceso de espiral ascendente, lo que más se percibe es más que nada la energía creativa que surge desde acá, y el hambre de cine. Más que un programa o una coherencia estética que tiene otra cinematografía como puede ser la rumana por ejemplo, acá no salen películas que son necesariamente parecidas entre sí, pero las que salen, las que cruzan la cordillera y encuentran audiencias, las unen la urgencia. Y creo que eso se siente desde afuera, que hay una vitalidad, una industria frágil -de nuevo-, un mercado pequeño. Pero las películas que logran salir existen a pesar de eso [...] no es una industria cansada.
-¿Te reconoces como parte de una generación histórica?
Para mí en la historia del cine chileno han habido dos momentos en los que una generación se ha manifestado de una forma tan clara y potente: el Nuevo Cine Chileno, entre el 65 y el 73, y el así llamado Novísimo, que es el nombre que le pusieron a la generación nuestra... Hay un movimiento que es generacional y yo sí me siento parte de eso. Creo que lo que ha ocurrido ha sido importante, pero solo el tiempo dirá cuánta huella va a dejar o cuánto va a marcar.
Creo que en la medida que se dejen hallazgos que puedan ser tomados por otros, pero que también genere resistencia, porque las nuevas generaciones tienen que revelarse con lo que se ha hecho. Es un doble juego entre lo que se hereda y lo que se quiere mejorar.
-A muchos chilenos les marcó el triunfo de Una Mujer Fantástica y quizás quieren entrar al séptimo arte... ¿hasta dónde las dificultades que hay en Chile pueden afectar?
Yo creo que sí, hay dificultades, pero también por el momento tecnológico en el que vivimos ya no hay excusas para no filmar. Se puede hacer una película con un celular. Yo hice mi primera película en tres días hace doce años, ¿me entiendes? Ya no está esa cosa sacrosanta de que hay que hipotecar la casa para empezar a grabar.
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"Lo que más se percibe es más que nada la energía creativa""