Con la llegada del otoño hay que preparar la casa para las próximas lluvias, pues se pueden producir filtraciones de agua que dañan las terminaciones interiores y mobiliario, además infiltración de aire que afecta la conservación de una temperatura adecuada en el interior del inmueble.

Lo primero es inspeccionar todos los elementos que componen la cubierta, asegurando su limpieza, principalmente de canales y bajadas de agua lluvia, pues durante meses se acumula gran diversidad de residuos del ambiente que pueden obstruirlas; como hojas, papeles, bolsas, nidos y desechos orgánicos de aves, que pueden producir rebalse y la filtración abundante de agua por las uniones inferiores de la cubierta. Luego, deben ser revisados y reparados todos los sellos de uniones y fijaciones del material de cubierta.

También inspeccionar todos los marcos de puertas y ventanas, revisar sus sellos y burletes. En caso de fisuras o dilataciones, estos deben ser reemplazados para evitar infiltraciones de viento y agua.

Para el caso de muros revestidos en madera, se debe recordar que la mejor disposición es el tinglado horizontal con traslapo para el correcto escurrimiento del agua, además, debe barnizarse todos los años.

Para que los arreglos no sean un problema para el propietario, deben efectuarse por un contratista especializado que asegure una buena ejecución de los procesos, que además deben supervisarse por el propietario o por una persona de confianza, con el conocimiento técnico para asesorarlo.

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