Uno de los grandes problemas de las familias es el sobreendeudamiento. Para evitar caer en estas dificultades es fundamental tratar de ser un consumidor responsable. Por lo general, nos vemos tentados por la publicidad de los productos, el fácil acceso al crédito, lo normal que resulta usar la tarjeta de crédito o solicitar el avance en cuotas. Sin embargo, antes de consumir determinados productos o servicios, debemos reflexionar la verdadera necesidad de comprarlo a crédito o si es posible esperar a ahorrar para su compra al contado. Esto es siempre una mejor opción.

Otra recomendación es la planificación financiera. Cada persona conoce aquellos periodos en que puede recibir más ingresos o también, efectuar más gastos. Por lo tanto, puede destinar esos ingresos extras a aquellos periodos que tienen mayores desembolsos. Y cada familia tiene su propia realidad en cuanto a ingresos, realidad que debemos transmitir a nuestros hijos y hacerlos partícipes de ello en la medida que su edad y comprensión lo permitan.

Por último, hay que aprender a utilizar el crédito. Por ejemplo, las compras en tres cuotas sin interés se justifican en un electrodoméstico, que tiene un uso más durable, pero no en artículos perecederos como puede ser la compra del supermercado. Y además es necesario evaluar cuál de todas las tarjetas de crédito entrega mejores beneficios: mantención más barata o un buen programa de puntos o beneficios son factores que puede considerar.

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