Viaje al pasado a través de las casas históricas de Contulmo
La Estrella realizó un recorrido por algunas de las viviendas patrimoniales de la comuna, verdaderas "cápsulas del tiempo" que nos trasladan a la época de la colonización alemana y que forman un circuito imperdible.
Sergio Gamonal V. - Fotos de Rodrigo Acuña D.
"Ciento cuarenta años tiene esta casa. ¡Es una joya!", exclama Sócrates Benítez (87). Sentado en la puerta de su hogar, mientras observa en la plaza los preparativos del 134° aniversario de la colonización alemana que se festeja este fin de semana, invita, o más bien insiste, en que pasemos a conocerla.
Se trata de la Casa Körtwich, uno de los 37 inmuebles de conservación histórica individualizados en el área urbana de Contulmo y que forman parte de un circuito turístico imperdible en la comuna.
Milton Riveros, director de Planificación del municipio y guía en este recorrido por las "casas patrimoniales" de la ciudad, explica las principales características de estas viviendas, que dan cuenta de la herencia de los inmigrantes alemanes que llegaron a fines del siglo XIX: estructura de madera nativa (tinglado), fachada colorida y finas terminaciones, de estilo neoclásico, en puertas, ventanas y postigos.
Un gran tronco de ciprés grabado con un poema de autoría del propio Benítez, y que es también su orgullo, da la bienvenida a la Casa Körtwich, que perteneció al primer alcalde contulmano, Paul Körtwich, y que actualmente alberga un visitado restorán en su primer piso.
En otra época
A una cuadra, por calle Millaray, se encuentra la Casa Pfaff, junto a la cual funciona el Museo Dungunwe. Aunque entrar a ella, así como a muchos de los otros inmuebles históricos, es de por sí estar en un museo: varios de sus muebles datan de antes de la Primera Guerra Mundial.
Su fachada, comenta Riveros, destaca por el revestimiento metálico que simula tejas, así como por sus terminaciones, que se van repitiendo, y un pequeño balcón de madera.
"Aparte de ver la arquitectura, conocer los objetos, un poco de historia, está el papel decomural", acota Rodrigo Morales, descendiente de la familia Pfaff y curador del museo: como la madera que forraba las piezas era en bruto, se cubría con saco o arpillera, y al ser ésta porosa, se ponía papel encima y luego el decomural.
"Colocar papel blanco era caro, entonces ¿qué hacían? Reutilizaban los mismos diarios que traían de Alemania. Cuando estaban remodelando, uno de los maestros rajó el decomural y encontró la portada de un diario alemán con la noticia del hundimiento del Titanic, en 1912", relata.
"Eso demuestra que aparte de lo que cuenta el dueño de casa o lo que uno ve, detrás de las paredes no solamente está la historia de una familia, sino la historia de lo que sucedía en el mundo en la época en que se construyó la casa", destaca Morales.
Seguir caminando por calle Millaray es trasladarse en el tiempo a los albores del siglo XX. O incluso antes. Las casas Schulz, Müller, Tzschabran y Geister van apareciendo en este recorrido, cada una con su propia leyenda. Esto nos lleva a pensar que el significado de Contulmo en mapudungun, "lugar de paso", puede parecer un contrasentido, considerando no sólo la tranquilidad de una ciudad que invita a quedarse, sino también el tiempo que hay que tomarse, con agrado, para conocer las historias de estas viejas casonas en boca de sus propietarios o residentes.
Molino grollmus
Finalmente, saliendo del radio urbano por el camino a Buchoco, está el Molino Grollmus, otra de las construcciones ligadas a la llegada de colonos alemanes hasta este rincón emplazado entre los lagos Lanalhue y LleuLleu.
La edificación, que se constituyó además en el primer generador de electricidad de Contulmo, sigue en funcionamiento, a un siglo de su construcción, hoy dedicado principalmente a la molienda de trigo y de manzana.
Al llegar nos recibe Helmuth Grollmus, quien hace una pausa durante el envasado de chicha para mostrar las instalaciones del molino y su funcionamiento. "Todo hecho de madera de palo nacional", comenta con una sonrisa el propietario de este inmueble, muestra del ingenio alemán y de un sistema de funcionamiento que se mantiene hasta hoy intacto y que durante décadas, y producto del servicio de molienda de trigo que prestaba -y que aún presta- fue lugar de encuentro para alemanes, chilenos y mapuche, las tres culturas que fueron dando forma y vida a Contulmo.
"Detrás de las paredes no sólo está la historia de una familia, sino de lo que sucedía en el mundo cuando se construyó la casa"
Rodrigo Morales Pfaff"
16 de abril de 1884 llegó a bordo del "Cotopaxi" el primer grupo de colonos alemanes a Contulmo.