Estamos en plena campaña de vacunación contra la influenza. Lamentablemente existe información equivocada respecto de la vacuna, lo que genera ciertos mitos. Por ejemplo, suponer que la vacuna enferma más a las personas, lo que está muy lejos de ser realidad, ya que si bien algunos desarrollan ciertos síntomas, como decaimiento y estado subfebril que duran solo un par de días, el no vacunarse implica la enfermedad en toda su manifestación.

Otro mito es que bastaría con vacunarse una sola vez en la vida para estar protegido, lo que es un tremendo error, ya que las cepas de virus que atacan a la población son diferentes cada año, dadas las mutaciones y combinaciones entre los diferentes y muchos virus circulantes. En este periodo la vacuna 2018 actúa contra las cepas H1N1 y H3N2, cuya cobertura de protección es de 1 año y seis meses respectivamente.

Respecto de la enfermedad misma, dentro de los síntomas más frecuentes están fiebre repentina (sobre 38 grados), que dura entre 3 a 7 días; cansancio, debilidad o fatiga, cefalea, algias (dolor) a nivel muscular, piel y osteoarticular, congestión y coriza nasal, conjuntivitis, gastritis y compromiso de las vías respiratorias tanto altas como bajas, bronquiales y pulmones, siendo estas las complicaciones más graves. En pacientes con enfermedades crónicas, como insuficiencia cardiaca, diabetes y asma, entre otras, los síntomas se agravan al extremo de comprometer la vida.

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