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21 de Mayo dilapidó el cetro en el complemento

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Lo coronelinos de 21 de Mayo dejaron ir el título juvenil de la Copa de Campeones tras desaprovechar, el sábado en el Juan Rogelio Núñez de Tomé, una ventaja de 2-1 ante Avance de Chillán. Los de la cuna de O'Higgins se pusieron en ventaja al minuto 2 con diana de Samuel Decombe. A los 26' los del mineral igualaron con tiro de Gabriel Muñoz, y a los 42' se colocaron arriba con remate de Abraham Urzúa. A los 66' parecía que 21 de Mayo empezaba a tocar la copa, pues el contrincante sufría la expulsión de Sebastián Cárdenas. Pero ocurrió lo contrario: los de Chillán se agrandaron, y empataron a los 73' vía Patricio Penroz, y a los 90' anotaron el 3-2 con cabezazo de Javier Concha.

San Pablo se quedó con las ganas en 2ª infantil

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Con el vicecampeonato se tuvo que conformar San Pablo, de la Asociación Caupolicán de Chiguayante, luego que el sábado perdiera 0-3 ante Estrella de Chile, de la agrupación Bío Bío de Los Ángeles, en la final de segunda infantil que la Copa de Campeones jugó en el Municipal tomecino. El equipo verde cayó sin atenuantes frente a un rival que tuvo en sus filas a un jugador inspirado: José Lizama, quien anotó dos goles. El otro tanto fue de Andrés Rivera. Por doble amarilla, ambos representativos terminaron con un jugador menos en cancha. En el ganador vio la roja Benjamín Escribano, y en el perdedor Martín Rodríguez.

Teniente Merino subió de grado en la final regional

Venció 2-1 a Juventud Kennedy y de paso se quedó con el pasaje al Campeonato Nacional Zona Sur. Hubo cerca de 3.500 espectadores en Tomé.
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Carlos Paz Durán

Cortó una mala racha ante la que era su Bestia Negra. El Teniente Merino que en 2016 cayó 1-3 ante Juventud Kennedy en semifinales de Recopa, y que el año pasado perdió 1-4 contra el JK en la final del mismo torneo, ayer cambió su historia ante dicho rival al superarlo 2-1 en la finalísima de la serie de honor de la Copa de Campeones.

Lo hizo en el mismo escenario que le traía malos recuerdos de esa semifinal de hace dos años: el Municipal Juan Rogelio Núñez de Tomé, que se llenó con cerca de 3.500 personas, alta cantidad de público al que pocas veces ha recibido en su ya larga existencia.

En el que fue un verdadero choque de trenes, Merino se impuso porque supo aprovechar las dos claras ocasiones de gol que tuvo, las que estuvieron en los pies de su dupla de ataque, conformada por Juan Carlos Riquelme y Luis Figueroa.

El JK, en cambio, si bien contó con más oportunidades de gol, falló en la puntada final, o bien hubo algo o alguien en el área rival que logró salvar el peligro.

Además, el paraguayo Tomás Giménez careció de un compañero de delantera que estuviera a su altura para bombardear con mas fiereza el pórtico de Merino.

Al minuto 13 se produjo la primera alegría de los dirigidos de Luis Sepúlveda, quien hace diez años, y como jugador de Merino, perdió una final similar ante Lord Cochrane.

El causante de la explosión de júbilo fue Riquelme, quien fusiló el meta Manuel Reyes con tiro bajo y cruzado.

A los 30', Diego Fuentes dio pase a Giménez, quien con un zapatazo emparejó las cifras.

La diana que definió el duelo llegó a los 66', cuando Riquelme habilitó a Figueroa, quien desde el área grande sacó un "fierrazo" imposible de atajar.

En el cuarto de hora final, los pupilos de Manuel Vargas buscaron por "aire y tierra" la igualdad, pero lo impidió un palo, un jugador que sacó la pelota de la raya y un "tapadón" del arquero Manuel Henríquez.

"El club se merecía esta alegría", dijo Figueroa.