Vicmary Díaz, llegó desde Venezuela hace dos meses junto a su esposo y a su hija Nicole, de 6 años. En esta edad, la pequeña empezó su etapa escolar en nuestro país asistiendo a primero básico y a una guardería, luego del colegio.
La madre narró a La Estrella un poco del proceso de adaptación de su hija en las aulas de la capital penquista y cómo le ha hecho frente a algunos episodios incómodos
"Al principio, en la guardería, un niño le dijo que no le entendía nada de lo que hablaba y que él tenía más derecho que ella porque él sí era de aquí y ella no. Ella se sintió mal por ese choque y yo le expliqué que eso pasaba porque en cada país hablan de una manera diferente", dijo.
Vicmary añadió que "también se ha sentido triste y ha dicho que quiere devolverse a Vanezuela para estar con su abuela y sus amiguitos". Además, argumentó que "me ha tocado de una manera fuerte y difícil explicarle el cambio de país y sobre todo las razones por las que nos vinimos de allá", sostuvo.
En esa misma línea se encuentra la venezolana Carolina Palencia, quién está en Conce desde hace un año junto a su esposo e hijo Vincent, de cuatro años.
"Los primeros seis meses fueron los más difíciles y duros, ya que mi hijo decía que quería irse a su país, que no le gustaba estar aquí y a veces no quería ir al colegio, porque no le entendían lo que decía y él tampoco. Eso le ocasionó roces y peleas verbales con algunos compañeros en donde explicaba que así se habla en su país", afirmó.
Igualmente, Carolina aseguró que en su casa se hablan de dos formas y que su hijo ya aprendió que hay formas de decir las palabras y que no está mal hablar de una u otra manera.
"No podía decirle a mi hijo que no usara los modismos chilenos, pero tampoco quería que perdiera los nuestros. Son parte de la cultura que trae", finalizó.
Expertos
Magaly Vera Solano, educadora diferencial, trabaja en una guardería de Concepción en donde hace dos años reciben niños de diferentes nacionalidades, especialmente venezolanos.
"Cuando llega un niño de otro país la primera semana siempre le acompaña una tía que busca integrarlo e involucrarlo de una mejor manera. También tenemos talleres y un día, en nuestro taller de cocina, hicimos arepas y con ello buscamos dar a conocer cosas del país de estos niños y vimos como todos estaban abiertos e interesados por conocer y comer comidas nuevas", aseguró la educadora.
Por su parte, la profesora venezolana, Vanessa Urdaneta, trabaja en un jardín y asegura que es enriquecedor para los niños compartir en espacios con pequeños de otras nacionalidades ya que eso fortalece los valores como la tolerancia, entre otros.
"En el jardín me ha gustado ver el interés que tienen los niños por mi país y ver cómo sienten curiosidad por aprender nuestras palabras. Ha sido un intercambio bastante significativo a nivel cultural", aseguró Vanessa.
En tanto, la psicóloga Constanza Pereira, explicó que todo comienza por la preparación que le deben dar los papás, brindándoles apoyo y seguridad. "Es importante que se les trate por igual en los colegios y es bueno que incorporen ciertas costumbres de ellos. Es de a poco que se acostumbran los niños, aunque por lo general entre ellos se incorporan bien. Son los temores de los papás los que a veces se ven reflejados", expresó.
La Estrella intentó obtener versiones acerca del trabajo que entidades como la Superintendencia de Educación y la Seremi de Educación realizan al respecto, sin embargo, desde ambas entidades, se excusaron de entregarlas debido a que no habían jefes para darlas a conocer a la comunidad.
"Tratamos de crear espacios que ayuden a los niños a integrarse y a sentirse cómodos"
Magaly Vera, educadora"