El delicado trabajo de restaurar el mural de la antigua estación
La obra "Historia de Concepción", de Gregorio de la Fuente, iba a ser restaurada en 2010, pero el terremoto impidió el inicio de los trabajos y dañó aún más la obra. Los años acumularon polvo, grietas y hasta pelotazos sobre ella.
Cuando el 17 de noviembre pasado, los restauradores que trabajan en el mural Historia de Concepción comenzaron a retirar las lonas que lo protegían, se encontraron con que una gruesa capa de polvo se había pegado al fresco.
"Cuando el MOP reparó la infraestructura que se dañó para el terremoto, cubrimos el mural para evitar que le cayera algo y se dañara", cuenta la inspectora técnica de la obra, Claudia Toledo, quien reconoce que pese a la buena intención, "eso hizo que el mural absorviera el polvo que se levantaba por el trabajo de las herramientas percutoras en el lugar".
Pelotazos
Pero por supuesto, esa no fue la única dificultad con que se encontró el equipo de restauradores. Las grietas y desprendimientos producto del terremoto del 27 de febrero de 2010 son el daño más evidente al fresco, y en lo que se concentran las labores de conservación, pero también hay otras evidencias que podrían, y deberían haberse evitado: la más insólita es la evidencia de pelotazos en uno de los muros del salón.
El mural, declarado Monumento Histórico en 2008, fue obra del artista Gregorio de la Fuente, quien trabajó cerca de tres años en su desarrollo, con la ayuda de otros dos pintores. La obra fue entregada en 1946 y la última restauración, antes de la actual, fue hecha por el propio De la Fuente entre los años 1987 y 1988.
Luego de la reparación estructural realizada por el MOP, fue el propio Gobierno Regional el que se hizo cargo de la restauración del mural.
Protección fallida
"Después del terremoto el mural se mantuvo cubierto para protegerlo mientras se gestionaban los recursos", explica Toledo. "Se podría haber considerado que un proyecto como éste no era tan importante, porque no era reconstrucción propiamente tal, pero el proyecto siguió adelante y finamente obtuvimos los recursos".
Luego de una licitación pública con varias empresas interesadas en hacerse cargo de la conservación de la obra, los trabajos se asignaron a la compañía española Kalam, que en Chile tiene filial en Santiago.
Aunque en enero de 2010 se había dado inicio a una restauración, nunca pudo completarse debido al terremoto que azotó a la zona sur del país.
Sin embargo, el estudio de diagnóstico concluyó varios meses después, por lo que incluyó valiosa información que se ocupó en la planificación de los actuales trabajos. "Se alcanzaron a incluir algunas consideraciones posteriores al mismo terremoto antes del cierre de ese estudio", detalló Claudia Toledo.
Actualmente, el proyecto considera un presupuesto superior a los 400 millones de pesos y un plazo de ejecución de 480 días, por lo que el trabajo debería estar terminado en marzo del próximo año.
La arquitecto explicó que por las características de las obras "siempre estamos observando que pueden haber diferencias, porque estamos hablando de un proyecto que puede tener más complejidades en su proceso, y nosotros estamos llanos a ir viendo cómo va avanzando".
Avance a tiempo
De todas formas, el programa de la empresa española avanza de acuerdo a lo estipulado, aún después de la limpieza inicial que tomó casi tres semanas.
El avance actual es de un 32%, aproximadamente y se dejaron unas áreas sin intervenir denominadas "testigos", las que evidencian el avance real de las obras.
El restaurador español Borja Robles es el coordinador en terreno de los trabajos de restauración.
"Tras la limpieza se hicieron las pruebas de consolidación para ver como respondían las diferentes superficies del mural con los productos", contó el madrileño hincha del Real, quien ya completa cuatro meses abocado a la tarea asignada. "Ahora estamos acometiendo el tratamiento de grietas y fragmentos", dijo.
Además de la delicadeza que significa respetar el trabajo original del artista e intervenir lo menos posible, los profesionales han tenido que ir probando distintos tipos de productos para tratar los pigmentos, ya que la técnica con que se hizo el mural está en desuso.
Los restauradores han encontrado fragmentos desprendidos del muro, los que se protegen con gasa y se sacan de su sitio para trabajarlos en un mesón dentro del mismo salón; una vez tratados se reubican en su posición original.
"Todos los procesos son delicados", asegura el experto español, "se trata con fragmentos originales de la obra, por lo que tenemos que intervenir lo menos posible".
Egresado de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, Borja tiene amplia experiencia en la conservación. "He trabajado en obras muy variadas: piedras, fachadas, retablos, así que esta es una obra que está entre lo que de forma habitual estoy acostumbrado a hacer".
Entre el equipo de españoles hay dos colaboradores chilenos, el licenciado en Artes, Mario Carvajal, que ya trabajó en otros tres murales en la región del Biobío.
"La mayoría de los otros murales, tienen una temática más latinoamericana, éste cuenta una historia local y eso es lo que más me gusta de este mural, pero me gustaría que se difundiera más el trabajo que se está haciendo", finalizó.
"Todos los procesos son delicados, porque requieren de mucha conncentración".
Borja Robles,, coordinador de la restauración"
"Todo lo que hay es reparable, por eso es importante mostrar a la comunidad todo lo que hemos avanzado".
Claudia Toledo,, arquitecto"