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Dirigentas sociales se la juegan por el bienestar de sus barrios

Algunas de ellas empezaron a dirigir colectivos y asociaciones motivadas por la cercanía de los problemas y por ver la poca solución que ellos tenían. Todas aseguran que han aprendido a moverse en un ámbito difícil, pero con alegrías.
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Las dirigentes vecinales tienen muchas historias que contar. Ellas, mediante su gran labor y empuje, han logrado que sus comunidades se desarrollen y logren cumplir los objetivos que son de interés para todos.

Estas mujeres llevan realizando por años un trabajo que no es remunerado y por el cual, incluso, sacrifican tiempo familiar en favor de sus vecinos.

Maritza Novoa Leiva, es una estudiante de enfermería de 26 años de edad y que está al frente del comité de allegados "Eureka" de Chiguayante, siendo su presidenta hace cuatro años.

Esta dirigente asegura que lo que más la ha motivado a ser una líder en su comunidad, es la necesidad urgente de tener un techo propio bajo el cual vivir. "Siempre he sido muy activa en el tipo de hechos sociales y el tema de las viviendas es algo que me preocupa mucho, pues todos tenemos el derecho de vivir dignamente", asegura.

Asimismo, afirma que al principio sintió un poco de rechazo por parte de algunos hombres miembros de su población. "A veces me miran así como si pensaran que soy muy joven y siento que dudan de mi capacidad, aunque no es siempre pues no he recibido nunca un maltrato. Las autoridades a veces no me pescan mucho y en ocasiones que está mi hermano quien también es dirigente, lo miran a él y le responden. Con eso muestran el machismo", añade la joven dirigente.

Interés social

En esa misma línea está Lilian Nahuelpan. Ella tiene un extenso curriculum como dirigente, pues son muchas las instancias en las que se ha desempeñado, así cuenta que ha organizado el Sindicato de Trabajadores "Buscando un futuro mejor". Es la vicepresidenta de la Federación de Trabajadores de la provincia de Arauco y tesorera de Mesa Regional Pro empleos de Curanilahue. Todo eso junto a su labor como cariñosa madre y dueña de casa.

"Como dirigente me inicié en el 2001. Debido a las carencias que vi en mi hogar empecé a buscar empleo y entré a trabajar limpiando las áreas forestales de los mini agricultores y comencé a notar las precariedades de las fuentes laborales", dice.

Lilian añade que vio de cerca como a veces se vulneraban los derechos de algunos trabajadores y nadie se atrevía a decir nada pues les decían que si querían, se iban.

"Por necesidad la gente aguanta muchas cosas; así al terminar ese trabajo comencé a levantar la voz. Quiero ayudar a otras mujeres y dueñas de casa para que exijan un trato más justo", asegura.

Esta luchadora afirma que seguirán al pie del cañón, esperando que el nuevo gobierno asuma un rol de diálogo y apoyo a las comunidades más necesitadas, como la de los cesantes. Igualmente relata que ser dirigente la cambió y la hizo crecer mucho más como persona y a desarrollarse como mujer.

"No conocía todo lo que tenía oculto, antes no sabía dirigirme a una autoridad, también me dio confianza y me ayudó mucho a tener una mejor confianza en mi misma", agrega.

Sacrificios

Desde octubre de 2014 Priscila Hernández, tomó el timón de la junta de vecinos de Aurora de Chile, convirtiéndose en su presidenta con la mayoría de los votos.

Priscila indica que lleva con mucha humildad su dirigencia dándole cabida a todas las opiniones y a todas las ideas que tienen los miembros de su comunidad, afirmando así que un líder debe trabajar hombro a hombro con todos los miembros del equipo.

"En la junta de vecinos el equipo está conformado por 18 personas uniendo tres organizaciones que ayudan a llevar el barrio hacia adelante. La mesa es amplia para todos", expresó a La Estrella.

Asimismo comenta que uno de los principales problemas a los que se ha tenido que enfrentar, según ella, es a la falta de respeto que se han encontrado por parte de algunos.

"No ha habido un respeto hacía la organización territorial ni hacía la parte social, tampoco han respetado a nuestro comité de vivienda que está esperando la tercera etapa del proyecto habitacional", manifiesta Priscila.

La dirigente de la población Aurora de Chile, señala que ha sido difícil y un poco dura la tarea de compartir el tiempo con su familia, sus problemas propios y los de la comunidad, pero que con una buena organización y el apoyo de sus hijos y vecinos lo ha sabido hacer.

Empoderamiento

Situación similar es la que vive Ester Antilef, en Villa Cosmito. En esa población ha estado al frente de la junta de vecinos hace 11 años. Esta madre y dueña de casa afirma que a veces ha encontrado tropiezos a su paso y que ha visto de cerca como dirigentes hombres conseguían las cosas más rápido que ella y como ante las adversidades le costaba más hacerse escuchar.

"Me he ganado un lugar. La gente me respeta, aprendí a no callarme y a hacer saber las necesidades de mi comunidad, desde hace tiempo no me da temor pelear por lo que creo que es justo", asegura con convicción.

Relata que sus comienzos en el ámbito dirigencial los comenzó casi sin darse cuenta, pues, cuando recién comenzó a vivir en Cosmito se encontró con muchas personas desconocidas que también fueron movidos allí y debieron organizarse para poder llevar una mejor convivencia.

" Este trabajo es de puro corazón, ya que no hay plata de por medio y todo lo hago por amor a los niños y a los jóvenes. Siempre estoy pendiente de hacer actividades para ellos y para mantenerlos alejados de las drogas y de todo lo malo que puedan conseguir en las calles", sentencia.

Ester encuentra que uno de los mayores problemas que enfrenta su población es que, según señala, "la siguen convirtiendo en un basural y es algo que se ha convertido en una falta de respeto hacia todos ellos".

"Somos el patio trasero de Concepción y de Penco. Han convertido nuestra población en un vertedero y en hogar de perros abandonados. Cosmito era un vertedero años atrás ya no lo es" añade.

Compromiso al 100%

Al igual que todas estas mujeres que han convertido la dirigencia vecinal en un estilo de vida, Guillermina Miranda San Martín, aprendió a compartir su tiempo entre la presidencia de la Unión comunal de Juntas de Vecinos de Concepción y de la Junta vecinal 12-A.

"En 1998 yo me incorporé a la junta de vecinos. Era algo que siempre vi en mi casa, ya que mi papá y mi mamá fueron dirigentes y ése fue un tema que siempre ha estado muy presente en mi vida", afirma a La Estrella.

Igualmente indica que al principio su esposo no entendía mucho su trabajo como dirigente y que le costó un poco dividir el tiempo entre su familia y los problemas que tenía que resolver.

"Me mantuve firme en mis creencias y poco a poco mi esposo fue entendiendo que me gustaba el tema y le tocó ver que no iba a dejarlo ya que él me conoció en las peleas, en las luchas de calles, ya sabía que era algo de mi" relata Guillermina.

También añade que es una dirigenta sin alianzas políticas, que nada ni nadie la frena ni mucho menos ningún partido político. "¡Seguiré dando la pelea. No me voy a caer en esta lucha!", exclama.

"Debemos pensar en colectivo, no en uno mismo. No se pierde nada con luchar, hay que tirarse con todo"

Maritza Novoa,

dirigente chiguayantina"

"Las mujeres tenemos mucho que decir y es necesario ser la voz de los que no pueden hablar"

Priscila Hérnandez,, dirigenta de Aurora de Chile."

"Todas las mujeres tienen que alzar su voz, dejar los temores y los miedos. Nunca debemos callar"

Lilian Nahuelpán,, dirigenta de Curanilahue"

"Las autoridades tienen que tomar la opinión de los dirigentes en pro de las comunidades"

Guillermina Miranda,, Unión Comunal de Concepción"

18 años, es la edad requerida por hombres y mujeres para ser parte de un comité vecinal.

3 miembros, por lo mínimo deben tener las juntas de vecinos. Presidente, secretario y tesorero.