Manuel Muñoz González
Se anticipaba un partido de dientes apretados y así no más fue. Eso es lo que ofrecieron anoche las escuadras cesteras de la Universidad de Concepción y la Universidad Católica, en un quinto partido de miedo de la serie de semifinales de la Conferencia Centro de la Liga Nacional de Básquetbol, y que se definió a favor de la visita.
Ni el revoltoso "Mateo" ni las tres mil almas que repletaron la Casa del Deporte fueron suficientes para marear a los cruzados y revivir al Campanil, que comenzó como avión, pero que no pudo mantener su buen arranque en los cuartos restantes.
Los oro y cielo comenzaron con todo, y de la mano del dominicano Juan Guerrero, quien se mandó con 13 puntos, sacó la tarea y se llevo la tanda 25 a 18. Una ventaja que no pudo mantener en el segundo cuarto, donde los cruzados fueron mas efectivos en sus posesiones, recuperando el tranco y devolviéndole la mano a su rival por un 23 a 16 en la manga, con lo que se fueron al descanso igualados en 41 puntos.
El descanso no le vino nada de bien a los dirigidos por Alfredo Madrid, que nuevamente fueron superados por una UC que se afirmaba mejor en el tercer lapso y estiró las cifras, sacando 7 de ventaja para quedarse con la manga (21-14) y ponerse 62-55 arriba en el global.
ansiedad
El empuje del Auricielo y el apoyo de los hinchas no bastó, pues la franja no soltó la ventaja, quedándose con el juego por 84 a 78 y estirando la definición al sexto choque, a jugarse el sábado en la capital.
"Puede ser que haya un poco de ansiedad, nadie se quiere equivocar, pero eso te puede jugar en contra", analizó Matías Villagrán, lamentando no haberle respondido al público, pero con fe en que aún la UdeC tiene la primera opción de pasar la apretada serie de semifinales.
3-2 es el marcador de la llave a favor de UdeC ante UC, serie que se define al mejor de siete partidos.