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¿Qué tipo de apoderada quieres ser? Extracto de Daniela Alonzo @momimomcl

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Nunca está de acuerdo con nada es la que de partida en la reunión o en el chat del curso parte cualquier frase con un NO por delante. Y además cuando se le piden opciones, no las tiene.

Es la que siempre estará afuera de la sala esperando a las educadoras, la que les lleva regalos e insiste en agregarlas a Facebook. A pesar de sus esfuerzos, el resto de los apoderados la odian (y tú también lo harás).


La Contreras: La Espinita:

Es súper madre, es súper esposa, es súper todo, y no tiene ni un problema en demostrarlo y ojalá que hartos la envidien, porque así luego dirá "yo no sé qué hago mal para que todos me tengan mala"...

Es la que está todo el santo día opinando, o mandando chistes o contando cosas hasta de su vida personal. Aunque silencies por un año el chat, no importa, ella sabrá cómo hacerte llegar la notificación.


La súper: La dueña del chat:

Tu hijo y el resto de los mortales no estamos ni estaremos nunca a la altura, porque su hijo claramente irá pronto a la escuela de superdotados mientras el tuyo "seguirá haciendo su mejor esfuerzo".

Es la que llega tarde a todo, que compra la guirnalda en vez de hacerla, que se le olvida llevar la donación y parte a comprar dulces a la esquina cuando había que llevar todo orgánico. Por intenciones no se queda.


La que tiene al hijo pródigo: La que trata, pero no lo logra:

Vencieron prejuicios para ser científicas

Kathleen Withlock y Karina Rojas tienen algo en común: se entregaron a la ciencia y vencieron todas las barreras de una "carrera de hombres". Acá reflexionan, en base a su historia, sobre los desafíos de la mujer en la ciencia.
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Belén Petit Saa

Las brechas salariales entre hombres y mujeres no son la única barrera al elegir una profesión, ya que aún existen límites que hacen diferencias entre "carreras de hombres" y "carreras de mujeres".

Kathleen Withlock es una científica estadounidense que logró convertirse en PhD en Zoología, profesora titular del Instituto de neurociencia de la Universidad de Valparaíso y además directora del Programa Ciencia "Al Tiro", que acerca la ciencia a escuelas con vulnerabilidad social.

Por su parte, Karina Rojas ha conseguido ser estudiante del doctorado en astrofísica de la misma casa de estudios y miembro de la iniciativa de divulgación científica a través de internet "Star Tres".

Ambas hoy reflexionan en base a cómo su género impactó en sus decisiones y en su día a día siendo científicas.

Despertar científico

Kathleen Withlock cuenta que "cuando era más joven me gustaba mucho el arte, siempre tuve buenas notas en ciencias, pero no pensé mucho en eso hasta que tuve que entrar a la universidad. Al final yo estudié los dos, ciencia y artes y durante ese periodo, tomé el curso de Neurobiolgía, gracias a un profesor muy bueno, que me ayudó a descubrirlo".

Karina Rojas, por su parte, relata que su experiencia para descubrir la ciencia nació desde su curiosidad. "Cuando pequeña era curiosa, a mi familia les preguntaba todos los días 'por qué las cosas pasan'. También experimentaba en la naturaleza por mí misma, pero el universo me era lejano y el conocimiento de mi mamá ya no alcanzaba para responder las preguntas complicadas que yo le hacía. Para encontrar respuestas mi mamá me llevó al planetario y me compró libros de astronomía, pero ¡más información sólo generaba más dudas! Así fue como me motivé a ser astrónoma aunque hoy en día sigo teniendo muchas preguntas sin responder".

Agregó que "también las películas y los libros de ciencia ficción fomentaron bastante mi curiosidad por esta área, cuando era pequeña pasaba días arriba de un cohete imaginario jugando a ser astronauta y visitando mundo distantes".

Primeras barreras

Para la directora de Ciencia "Al Tiro" ser mujer nunca fue un tema de conflicto porque ella siempre realizó actividades que no eran vistas 'para una mujer', pero fue después que entendió y vio las diferencias que se hacían ante sus ojos. "Antes trabajé en un taller mecánico haciendo soldaduras, por lo que no tuve miedo de nada. Pero fue en cuarto año donde en una revista científica estaban hablando de la mujer en la ciencia, vi que la mujer está desapareciendo de los laboratorios, y ahí me di cuenta que había un problema, ya que en laboratorio que yo trabajé no se le reconocía a la mujer de la misma forma que a los hombres".

Karina Rojas cuenta que en su experiencia, fue antes de entrar en la universidad donde notó limitantes desde sus propios docentes del colegio. "Algunos de ellos me aconsejaban no estudiar ciencia porque no es para mujeres, que en cambio podía ser profesora algo que encajaba mucho mas con mi perfil. Pero cuando me propongo un objetivo trabajo duro hasta conseguirlo no importa lo que cueste".

Sumado a ello cuenta que el apoyo de su madre fue fundamental para lograr su propósito. "Su entusiasmo en que estudiara Astronomía también me ayudó mucho a que tanto como los comentarios de mis profesores, como lo difícil que parecía estudiar física, no me desmotivaran, ella siempre me decía que yo podía tener la profesión que yo quisiera".

Whitlock relata desde su experiencia recopilada en el extranjero que es mucho más difícil lograr que las mujeres rompan estos esquemas, "ya que en Chile tienen muchos envases. La mujer tiene que ser femenina, de casa. Tiene que tener una buena pareja y tiene que ser sólida en su imagen personal porque la mujer en la publicidad está muy sexualizada, entonces es difícil decir yo no quiero ser mujer bonita; quiero estudiar. Y aunque hay varios ejemplos, igual significa ir contra corriente".

Mujeres en la ciencia

Karen Rojas, siente que hay avances y más mujeres se están atreviendo a hacer ciencia. "Creo que a pesar de que no todas la áreas de la ciencia son iguales (hay algunas donde la proporción hombre-mujer es todavía bastante baja como en matemáticas, física, o algunas ingenierías) y que muchos factores van a depender del ambiente de su institución, lo más importante es hacer lo que uno mas disfruta día a día y si eso es hacer ciencia nadie las debe detener".