Mujeres migrantes relatan lo bueno y malo de vivir en Conce
Algunas aseguran que durante su tiempo viviendo en Concepción han recibido un trato amable y cordial por parte de los penquistas, sin embargo, otras afirman que a veces no han sido amables con ellas y que las miran con extrañeza.
M yrlande Hungan, llegó desde Haití hace cinco meses buscando una mejor calidad de vida. En un español que ya ha empezado a dominar, relató a La Estrella cómo han sido estas semanas en Concepción y cómo le ha tocado -según ella- acostumbrarse a las miradas curiosas de hombres, mujeres e incluso niños.
"A veces estoy sentada en la plaza y los niños o algunos jóvenes me miran con asombro y quieren tocarme el cabello. No me gusta que lo hagan, porque yo no voy tocando a los demás. Poco a poco me he ido acostumbrando a que me vean de manera diferente", afirmó.
Esta joven, de 25 años de edad, explica que ha tenido algunos trabajos eventuales, pero su barrera con el idioma no le ha permitido encontrar algo más fijo.
La experiencia de Myrlande tiene curiosidades y dificultades, tal como las que comparten muchas mujeres migrantes, que en los últimos años han llegado a esta ciudad.
Alexandra Cardozo, llegó a Conce desde Brasil hace 12 años junto a su hija y a su ex esposo. Relató que su adaptación no fue tan difícil, pues, asegura, llegó en un momento en el que no habían muchos migrantes. Dice que a los que llegaban hace una década los trataban de una manera más amigable, contrario a lo que se ve hoy.
"Llevo cinco años trabajando en un restaurante y el trato ha sido bueno, aquí me casé nuevamente con chileno y eso de cierta forma cambia parte de mi situación. Al principio cuando tenía poco tiempo acá lo que si sufrí fue acoso sexual por parte de algunos hombres. Como ven cuerpos más exuberantes se hacen ideas equivocadas", confesó.
Muchas mujeres migrantes aseguran que en algún momento han tenido que pasar por situaciones en las que no han sabido a quién o a dónde acudir, manifestando que se han sentido desamparadas.
Esfuerzo
Greicy Escalante, cuenta apenas con seis meses en la capital penquista. Desde que llegó de Venezuela comenzó a tramitar sus papeles para regular su situación, lo que ha encontrado como la mayor dificultad, pues, a su juicio, aún no termina de tener claro el proceso.
"Llegué de una vez a vivir con unos primos que estaban aquí y eso me quito un peso de encima aunque igualmente he salido a buscar trabajos que complementen al que tengo y eso ha sido difícil. Es que uno le envía a la familia allá en Venezuela y se aprende a ahorrar y a administrarse de verdad", añadió.
Por su lado, Vanessa Valencia, llegó hace dos años y medio desde Colombia y aseguró que también se encontró personas muy prejuiciosas que la miraban mal. Muchos querían tocar su piel por ser de tez oscura y con hombres con comportamiento lascivo.
"Hace un tiempo tuve un problema con un hombre y no tuve a donde acudir. Me sentí mal, pues ví que no tenía ningún lugar que me ayudara. Fuera de eso encuentro que Conce es un gran sitio para vivir", expresó Vanessa.
Dirigentes
Francia Campos, presidenta de la Organización de Venezolanos en el Biobío, aseguró que el apoyo que se le presta a los venezolanas que llegan a Conce empieza principalmente por ayudarlas a aclarar las dudas con respecto a los trámites que se tienen que seguir para entrar a una situación legal, así como todo lo referente a los pasos para que sus hijos puedan entrar al sistema escolar.
"Siempre tratamos de brindar apoyo moral, porque es difícil llegar a un país en donde no se cuentan con conocidos ni familiares. Queremos que conozcan los organismos públicos y que sepan a dónde acudir en caso de cualquier eventualidad", indicó.
Patricia de Bernardi, empresaria y presidenta de "Mujeres Argentinas en Concepción", asegura que está dentro ella el sentir de ayudar pues ella, como migrante, madre y mujer, ha sentido lo que es estar sola en un país sin redes y sin nadie que te dé un abrazo o una palabra.
"Una vez al mes nos juntamos todas las mujeres argentinas, sabemos que aún hay miradas de desaprobación y de personas que creen que venimos a quitarles algo cuando no es así. Por eso seguimos acompañando a las mujeres y les hacemos ver que no están solas", señala.
"Todas las mujeres llegamos más lejos si estamos juntas así que únanse a las redes que existen"
Patricia de Bernardi, empresaria"
Seremi de mujer
Desde la Seremi de la Mujer, se informó a La Estrella, que se han creado mesas de trabajo que funciona para crear redes de ayuda a las mujeres migrantes, que no solo abarque los casos de violencia sino también que las acerque a los servicios y políticas. públicas. Se espera que más adelante estas mesas se transformen en organizaciones que agrupen y les brinden ayuda a todas.