Con música de "Game of Thrones" fue el piscinazo
Matías Vega y Betsy Camino protagonizaron un nuevo chapuzón en la piscina del Hotel O'Higgins. Nada muy novedoso, según los especialistas.
Todavía no caían en sí, sus rostros mostraban la felicidad de tener el sabor de una victoria, aún fresco en el paladar. Con un elegante retraso de media hora, aparecieron ellos, los reyes: Matías Vega y Betsy Camino hacían su triunfal entrada a la piscina del hotel O'Higgins mientras los flashes parpadeaban intermitentemente.
El dorado fue el color escogido, cubrían sus cuerpos con capuchas color oro, que combinaba muy bien con la piel caramelizada de la cubana. También usaban algunas cadenas decorativas en el mismo tono para darle un toque espartano a las tenidas, mientras por los parlantes resonaba la música de Game of Thrones.
Ella caminaba con gracia, meciendo una enredadera de rulos color chocolate y contorneaba su cuerpo alrededor de su rey. Él estaba un poco más nervioso, pero no escatimaba en esfuerzos para estar a la altura.
Hace 24 horas, ambos seguían en vivo el voto a voto del conteo. El rey se definió en los primeros minutos, pero lo de la reina era incierto. La ganadora no estuvo en la delantera hasta los últimos cinco votos, repuntó en los metros finales. Fallo fotográfico. Todo eso ya era pasado, lo que importaba era el momento. Los reporteros de Canal 13 vitoreaban a sus representantes, los de Chilevisión trataban de disimular sus muecas.
Salto doble
El animador hace una cuenta regresiva desde el cinco. Ellos se toman de la mano, y hacen un salto doble, una maniobra inédita en este certamen. Ella caía con gracia, ojos abiertos y una sonrisa plena. Las rodillas flectadas y una mano al viento como saludando a las que derrotó.
Él tenía cara de velocidad, con un aire rockero, y el puño al aire: una señal de victoria.
Más tarde, les pidieron los piqueros por separado. Betsy repitió la pose de su salto doble, y Matías incursionó con un clavado digno, pero no perfecto; las piernas se le fueron para adelante.
En el agua nadaban hacia las cámaras que se agolpaban como abejas en un panal, algunos gritaban y pegaban codazos para obtener el mejor cuadro. En lo alto, los drones sobrevolaban la piscina para tomar la imagen cenital. Una jornada redonda para ellos, la décima victoria del ex canal del angelito, algunos desaprobaron el nuevo formato de la competencia, otros celebraban el recambio y aplaudían con ganas al chileno y la cubana. Los picados buscaban su consuelo en alguna parte que nunca encontraron.