Michael Seguel P.
Ante 100 mil personas, la mitad de las 200 mil que esperaba la organización, el Papa Francisco celebró ayer en Iquique la última misa de su visita de cuatro días a Chile, donde estuvo también en Santiago y Temuco. En el Campus Lobito, 20 kms al sur de la ciudad, envió un mensaje en favor de los inmigrantes.
Francisco aterrizó a las 10.24 en la losa del aeropuerto. Desde allí, se trasladó al altar ubicado cerca de la carretera. A las 11.26 inició la liturgia ante un colorido público que lo recibió con bailes y cánticos nortinos. Algunos llegaron vestidos con atuendos característicos de la Fiesta de La Tirana, una de las celebraciones nortinas más populares del país.
Los migrantes
Durante la homilía, el Papa dirigió su mensaje a quienes "buscan una nueva vida en otra tierra", señalando que Iquique quiere decir "lugar de los sueños", y pidió trabajar para que quienes llegan a este país puedan lograrlos.
"Iquique es tierra de sueños, eso significa en aymara, tierra que ha sabido albergar gente de distintos pueblos y culturas, que han tenido que dejar a los suyos", dijo el Pontífice.
"Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos migrantes porque no conocen el idioma o no tienen sus papeles en regla".
El Papa abordó así un tema sensible en el país en los últimos años, ya que se estima que cerca de 600 mil inmigrantes viven actualmente en Chile.
La inmigración reciente hacia Chile proviene principalmente de países sudamericanos, pero también incluye Haití, de donde más de 40 mil personas llegaron sólo en 2017.
"No hay alegría cristiana cuando se cierran las puertas y se les hace sentir a otros que sobran", recalcó ayer el Papa.
A las 12.50, el Papa concluyó la misa dirigiendo palabras de agradecimiento a los asistentes.
Papa al rescate
Cuando se retiraba para a almorzar, en la Casa de Retrio Nuestra Señora de Lourdes, ocurrió sin embargo un evento inesperado: una carabinera montada que resguardaba el recorrido hasta la casa de retiro, cayó de su caballo, el cual se habría asustado con la multitud.
Cuando el Papamóvil pasaba frente al animal, el caballo retrocedió, botando a la uniformada. Francisco, al percatarse, bajó del vehículo para socorrer a la mujer que estaba en el piso, quien resultó con lesiones leves. El Pontífice estuvo cerca de cinco minutos viendo cómo la jinete era asistida, antes de seguir su recorrido.
Ya en la tarde, a las 16.50, Francisco dejó Chile con rumbo a Perú. En el aeropuerto fue despedido por la Presidenta Michelle Bachelet, quien agradeció "el mensaje del Papa de que sigamos avanzando como país en un clima de unidad, fraternidad y solidaridad".
"No hay alegría cristiana cuando se cierran las puertas y se les hace sentir a otros que sobran""