María Tapia Mavares
Algunos de los residentes en los edificios ubicados en el centro de Concepción, en la intersección de Barros Arana con Aníbal Pinto, están molestos y hartos por el alto nivel del volumen de los amplificadores que utilizan los artistas que ofrecen sus shows en la céntrica esquina. Manifiestan que la música de todos a veces se mezcla y ocasiona un ruido que no les permite, ver televisión ni descansar
Teresa Correa, del edificio Pedro de Valdivia, refirió que "es un fastidio toda la tarde la música estridente, deberían ponerle un horario. Yo entiendo que necesitan trabajar, pero nosotros necesitamos descansar con tranquilidad. Acá estará mi nieta recién nacida y ese ruido será un problema", sostuvo.
En tanto, Paola Palma relató que "acá yo no puedo abrir la ventana, para refrescarme, prefiero aguantar el calor. Desde la una de la tarde empiezan a llegar todos los artistas y se hace una mezcla difícil de soportar, deberían rotar cada semana e ir a otros lugares".
Medidas oficiales
Ante la consulta de la Estrella, desde la Municipalidad de Concepción la directora de Medio Ambiente, Andrea Aste, afirmó que "desde hace varios años hay una ordenanza de gestión de medio ambiente, que prohíbe todo tipo de ruidos emitidos con parlantes en sitios públicos".
"Por ello, junto a la dirección de cultura se han establecido puntos en distintas zonas de la ciudad en donde pueden mostrar sus espectáculos, pero sin parlante. También fiscalizamos a los que usan parlantes, ya que está prohibido, pero lamentablemente la gente que se encuentra observando agrede a los fiscalizadores, es algo arriesgado, pero no se deja de hacer porque también tratamos de ayudar a las personas que viven y trabajan cerca del sector", añadió.
Mauricio Castro, asesor de Cultura municipal, dijo que "buscamos normalizar los espacios públicos, por ello la municipalidad fijó unos puntos para que se desarrollen estas actividades. Hemos hecho un trabajo con estos artistas para fijar un precio accesible para que puedan sacar el permiso, pero la mayoría prefiere trabajar de manera irregular".
Artista
Por su parte, Javier Gatica, bailarín de un grupo que ofrece su espectáculo en el centro de la ciudad, expresó que "nosotros tenemos como un año bailando acá, lo hacemos por un tema de dinero, por la necesidad de cada uno. No tenemos permiso porque es un gasto que no podemos pagar. Nuestra idea no es molestar, pero si llegan a pedir que bajemos el volumen, lo hacemos".