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Conozca al penquista que la rompió trabajando en Facebook

Se trata de Gabriel P. Elizondo, que tras cursar un MBA en Standford recaló en el gigante de las redes sociales, hasta que lo "'levantaron" a una nueva empresa en California. Extraña a amigos y familia, pero dice que se proyecta en grande.
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Alfonso Levet

Mucho antes de recibir una tentadora oferta para dejar Facebook y unirse a Toptal, Gabriel Elizondo gestionó una farmacia de emergencia para atender los requerimientos médicos de los afectados por el terremoto de 2010. "Pidieron por radio chequear la entrega de un medicamento y fuimos con una amiga para ayudar", cuenta. En 32 horas reclutaron a 25 voluntarios, consiguieron custodia militar, lograron que la gente recibiera atención médica y después se les entregaban los medicamentos recetados, que eran donados. 10 mil personas se atendieron ahí.

"Es una historia anecdótica que me llena de orgullo, pero que sólo cuento cuando me preguntan por eso", confiesa con una modestia que, asegura, es parte del cambio de mentalidad tras su paso por Stanford. "Te enseñan a creerte el cuento, pero de manera humilde".

Elizondo, ingeniero civil industrial de la Universidad de Concepción, confiesa que "siempre tuve la idea de irme a una universidad de nivel mundial".

En Stanford tuvo la oportunidad de conocer al cofundador de Tesla Motors y PayPal, Elon Musk, además de construir una amistad con el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus.

"Al estar ahí te expones a ese tipo de personas, y empiezas a soñar mucho más grande. Te sacas paradigmas", relata.

Ya estaba trabajando cuando lo contactó una de las compañías más importantes del mundo, "me llamaron para trabajar en Facebook. Lo estaba disfrutando un montón, pero me llamaron para ofrecerme algo mucho mejor".

Hoy vive en Palo Alto, California y es vicepresidente de Crecimiento en Toptal, una compañía que ofrece ingenieros y diseñadores a empresas. "Es como un Uber para contratar los mejores profesionales de tecnología on-demand", explica.

"Hay que valorar a los nerds, no hay que limitar el potencial de la gente", aconseja; también fortalecer las prácticas laborales, "más allá de la duración, que la gente entienda cómo es trabajar, que obtenga herramientas".

Criado sólo por su madre y viviendo con una tía con síndrome de Down, asegura que "tuve una infancia particular", y aprendió lo que es esforzarse. "El sueño americano no es perfecto pero hay oportunidades. Si te esfuerzas y trabajas duro, vas a salir adelante".

"Aquí no importa dónde nací, importan los resultados"

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