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400 mil peregrinos mostraron su devoción a la Virgen María

Algunos lo hicieron para pagar mandas, otros como muestra de respeto y también por humildad y sumisión ante la patrona espiritual. Muchos llegaron en compañía de sus familias y mascotas, llevando velas, flores y espigas.
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María Tapia Mavares

Daniela Henríquez partió descalza, junto a su bebé en coche, desde la plaza Juan Bosco, teniendo como meta llegar al cerro de la Virgen, para pagar la manda que le prometió a la patrona: el año pasado, estando embarazada, también asistió y le rogó a la Virgen que su hija naciera sanita.

Así como ella, aproximadamente 400 mil peregrinos, según el Arzobispado, partieron hacia el cerro bajo el sol y con una temperatura de 23 grados. Algunos iban haciendo oraciones durante su camino; otros, disfrutando de la tranquilidad de la naturaleza. Muchos iban en familia, con sus mascotas y algunos con paso apurado por llegar hasta el recinto.

Tradición Familiar

Son cientos las familias que asisten a esta fiesta en donde se exalta el amor, la fe y la devoción hacia la Virgen, y para muchos penquistas es una costumbre que debe continuarse e inculcarse a los miembros más chicos de cada familia.

Así lo afirmó, Daniel Coloma, quien cada 8 de diciembre junto a sus familiares llegan desde Talcahuano para honrar a la Virgen. "Es una tradición que cumplimos cada año juntos, mientras podemos. Venimos a agradecerle al Señor y a la patrona, por todo lo bueno que nos da. Mi hijo y yo subimos descalzos como ofrenda de amor", contó.

Muchas personas recuerdan ir al cerro La Virgen desde que eran chiquillos, acompañados de sus padres y expresan emocionados cómo han crecido con esa devoción, cómo se ha convertido en parte de su vida. "Desde que estaba chica vengo para acá, fue algo que aprendí desde hace años, vengo descalza para que la Virgen vea mi respeto y mi agradecimiento por todo lo bueno y lo malo que me ha pasado en la vida, porque todo deja experiencias para saber hacer frente a las situaciones", comentó al respecto Mónica Rupayan.

En el recinto, las misas se fueron celebrando según lo previsto en el cronograma, contando cada una con una inmensa cantidad de feligreses, quienes se presentaron en los horarios que más se ajustaron a sus necesidades, notándose en las primeras horas de la mañana y del mediodía gran cantidad de adultos mayores y niños, y transcurrido el día, entre las 14 y 16 horas, mayor presencia de jóvenes.

Los fieles recibieron la bendición con agua bendita y también para sus objetos preciados, momentos en los que alzaron estampitas de la Virgen, espigas y cruces.

Una prueba de que la fe no conoce fronteras fue la presencia en este encuentro religioso de personas de otros países, que encontraron en este peregrinar un refugio de esperanza.

"Hace un año que llegué acá a Concepción, desde Venezuela. En mi familia somos católicos y quisimos venir aquí para agradecerle a nuestra madre la bendición por estar vivos, queremos darle las gracias por mantenernos fuertes en este año, hoy tenemos lágrimas de alegría, de felicidad, es hermoso ver como todos se congregan para venir a venerarla. En esta ocasión especialmente le pediré por Venezuela, por la paz, la prosperidad y por todos los hijos que se fueron buscando un mejor porvenir para que su bendición nunca falte", expresó María Hernández.

"Tres años tengo viniendo con mi familia y espero que sean muchos años más que Dios nos dé. Venimos porque estoy pagando una manda, y este año fue muy gratificante y bonito ver como mi hijita de tres años, subió ella sola, el año pasado la traje en el coche y ahora ella caminó todo sola. El camino para acá es difícil, pero al llegar es hermoso, porque todo lo duro valió la pena y así es todo, uno atraviesa malos momentos pero de la mano de Dios todo se hace más llevadero", afirmó la chorera Elizabeth Aguayo.

"El camino para acá es difícil, pero al llegar es hermoso, porque todo lo duro valió la pena"

Elizabeth Aguayo,, devota asistente"

Atención y salud

La directora de gestión de riesgos Cruz Roja, filial Concepción, Vanessa Parada, relató que "acá tenemos 27 voluntarios, desplegados en tres carpas; aparte estamos trabajando en conjunto con Defensa Civil y el Grupo Scout Andalién. Nos hemos topado con algunas personas que se han fatigado,pero todo ha ido bien, harto movimiento pero ya estamos acostumbrados a estas cosas".

9 misas se celebraron ayer, cerrando con la oficiada por monseñor Fernando Chomali.