Una hora con catorce minutos duró la esperada reunión de la ministra Carola Rivas con la madre de Coke, María Teresa Johns. El encuentro fue clave para la familia del joven y sus abogados, porque les permitió conocer las conclusiones de la jueza y hacia dónde apunta ahora la investigación: un presunto ataque sexual que, de acuerdo a la magistrado, sería la principal hipótesis del móvil que generó la desaparición de Jorge Matute desde la discoteca "La Cucaracha" y su posterior hallazgo en la orilla del río Biobío, camino a Santa Juana.
Nueva hipótesis
En palabras de Rivas, "dentro de la investigación del cuaderno secreto le informé (a María Teresa Johns) que la hipótesis del móvil solamente la podíamos determinar o un robo o un ataque sexual. Pero la del robo se veía como la hipótesis más improbable, atendido a que Coke no llevaba dinero y, de esta manera, sólo por la vía de la exclusión, llegábamos al ataque sexual. A partir de eso, partimos en una serie de investigaciones que van por esa línea".
Entre los fundamentos de aquello, confirmó el hallazgo de "una carpeta olvidada en una bodega de la PDI, la referencia hecha por un inspector de la época, sobre un joven que en la misma discoteca había recibido un trago, al parecer con algo en su interior, que lo había hecho perder la conciencia, no recordar nada y aparecer días después a varios kilómetros".
Consultada sobre si este joven fue víctima de algún tipo de abuso sexual, respondió que "sobre el particular, él ni siquiera hizo una denuncia. Pero hay comentarios de su familia cercana respecto a un hecho de ese tipo".
Sobre quiénes serían los responsables de cometer abusos como el del que pudo ser víctima Coke de acuerdo a la nueva arista, la ministra aclaró que "no es una agrupación que se dedicaba. Tuvimos, dentro de la lista de sospechosos, siempre un grupo de personas que habitualmente concurría a locales nocturnos, por lo general apartados de la ciudad y que dentro de la vorágine de la noche trataban de localizar algún sexo casual sin ninguna relación que pudiera permitir identificarlos después. No estamos hablando de una organización delictual dedicada a abusar sexualmente".
Diez sospechosos
Respecto al contexto en el cual ocurría este tipo de hechos, indicó que era mucho alcohol. Añadió que la línea investigativa que ahora persigue, en su momento, "fue decididamente no investigada, no casualmente, porque no adscribía a la hipótesis del momento".
Gracias a esa investigación, que aún mantiene en un cuaderno secreto, afirmó que tiene sospechosos y que en un principio el número fue muy grande. Pero que "a través de modus operandi y datos concretos, hicimos una lista de no más de diez personas las cuales tenemos, en su mayoría, ya entrevistadas (...) Tengo algunos vivos y otros ya han fallecido".
Pentobarbital
Otro punto que la ministra Carola Rivas destacó de su trabajo, fue la investigación del fármaco hallado en los restos de Jorge Matute, a través de exámenes por parte de peritos españoles con tecnología actual. "Jorge murió bajo los efectos de una droga llamada Pentobarbital, en dosis suficientes y letales".
Pero además, aclaró que "se determinó la forma de inoculación: oral, por medio de comprimidos. Se determinó el tiempo de muerte: no más allá de seis horas. Se determinó su metabolización atendida su talla, peso, contextura y sus efectos combinados con altas y bajas dosis de alcohol". Indicó que dichas conclusiones se obtuvieron a través de entrevistas con diversos equipos médicos y especialistas en farmacología a nivel nacional.
Rivas añadió que a partir de la causa de muerte "debimos repasar todas las diligencias de la investigación". Comentó que "algunos querían que partiéramos corriendo a detener a Bruno Betanzo en su calidad de doctor, respecto a quien ni ahora -ni antes- ha existido prueba de participación, móvil o presiones de ningún tipo, ni posibilidad de relacionarlo con el fármaco. Hace más de diez años que no ejercía la profesión".
Mitos
La jueza se encargó de aclararle a la familia Matute y sus abogados que el sumario, que ahora es público para las partes involucradas, descartó una serie de mitos sobre el caso. Indicó, entre otros que "no es un hecho cierto que haya habido una golpiza. No es un hecho cierto que esa noche hubiera tráfico de drogas en la discoteca. No es un hecho cierto que Coke bailara con Carmen Sereño. No es un hecho cierto que esa noche hubiera policías en 'La Cucaracha'. No es un hecho cierto un pacto de silencio entre los guardias, que no son amigos entre sí y que llevaban trabajando en el local no más de un mes".
Añadió que, a su juicio, con anterioridad se indagaron situaciones que no permitirían sostener conclusiones fundadas. Entre ellas, destacó que "la premisa de que siete jóvenes golpearon a un sujeto a la salida de la discoteca no permite concluir que también golpearon a Coke si no tengo un solo testigo que avale esa agresión (…) Lo mismo para uno de los guardias, ni un solo testigo afirma haberlo visto golpear a alguien, sólo que se sacó a una persona que hacía escándalo y que no es Jorge (…) Finalmente, la existencia de sangre en la discoteca, grupo O, la misma de Jorge, no permite sostener que le pertenece cuando el 70% de la población es del mismo grupo sanguíneo". Aclaró, respecto a esto último, que no se halló el ADN de Coke en ninguna de las muestras.
Enfatizó que teorías conspirativas en torno al caso llevaron incluso a investigar el incinerador de un hospital o indagar a una persona que afirmó haber estado secuestrado con Jorge, y que en realidad estuvo detenido ebrio en una comisaría.
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"No es un hecho cierto que haya habido una golpiza"
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