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Conozca cómo fue el rescate de un submarino en Talcahuano

La nave había sido traída desde Estados Unidos en 1918. Un año después, y durante maniobras de entrenamiento, se hundió frente al Puerto. Apenas nueve horas más tarde toda su tripulación estaba a salvo.
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Alfonso Levet G.

Las historias de rescate submarino son tan escasas como heroicas. Mientras el mundo está pendiente de la operación de búsqueda del submarino argentino ARA San Juan, desaparecido en las aguas del Atlántico sur, recordamos el episodio de salvamento de una de estas naves frente a la bahía de Talcahuano, el H3 o "Rucumilla", registrado en la historia de la Fuerza de Submarinos de Chile.

El hecho, ocurrido en 1919, quedó casi como una anécdota a nivel local, pero repercutió con fuerza en la historia de salvamentos y hundimientos a nivel mundial. De hecho, el capitán de navío inglés W. O. Shelford, consignó en su libro "Subsunk" (1964) que "el salvamento del (buque inglés) Truculent se clasifica como el mejor del mundo (...) posiblemente igualado sólo por el salvamento del Rucumilla".

El presidente de la Academia de Historia Naval de Chile, Germán Bravo, cuenta que "fue una hazaña impresionante, sobre todo considerando los elementos de rescate que había en ese tiempo. Fue un hecho muy comentado en la época".

Recién incorporado

El submarino había sido traído desde Estados Unidos un año antes junto a otros cinco buques, pero aún no estaba en plena operación, principalmente debido a la falta de especialistas en las dotaciones.

Los hechos se desencadenaron el 2 de junio de 1919, cuando el submarino zarpó desde la dársena en Talcahuano hacia una cancha de entrenamiento a un kilómetro del muelle de lanzamiento de torpedos.

Según relata Germán Bravo, la nave partió hacia el área designada al mando de capitán de corbeta Arístides del Solar y escoltado por el patrullero "Contreras", además, con exclente condiciones de tiempo, mar, viento y visibilidad.

Alcanzado el lugar de los ejercicios, y dada la orden de inmersión, se produjo un error: "El sistema que cerraba uno de los ventiladores de la sala de baterías, estaba armado al revés, por lo que en lugar de cerrarlo, fue abierto", relata el historiador.

Se trataba de una válvula de 5 pulgadas de diámetro, por donde comenzaron a inundarse dos compartimentos.

Rápido hundimiento

La falla provocó que el buque se sumergiera de popa y más rápido de lo normal. "Mientras el comandante indagaba las causas, vio caer un chorro de agua por el ventilador de la batería de popa con un gran desprendimiento de gas de cloro, que hizo desde el primer momento irrespirable el lugar", detalla el autor Carlos Martin Fritz.

Obligados por la rápida inundación, los hombres tuvieron que refugiarse en la sala de torpedos del submarino con el agua hasta las rodillas. El comandante del buque estaba en la superficie. notó algo anormal y rápidamente se dio inicio a las maniobras de rescate del submarino hundido.

El rescate

Apenas 20 minutos después del incidente ya había buzos reconociendo el área para iniciar las labores de rescate. "Dos grúas de 60 y 30 toneladas lograron izar la proa del H3, hasta que emergió, pero se cortó un eslabón de la cadena", cuenta Bravo.

Una tercera grúa, que estaba en reparaciones y tuvo que ser puesta en servicio con urgencia, fue enviada para levantar al submarino, que permanecía hundido a 16 metros de profundidad y sobre un fondo fangoso.

Carlos López Urrutia cuenta en su libro "Historia de la Marina de Chile" (1969), que el público de Concepción y Talcahuano se había agolpado en los cerros y malecones a presenciar el salvamento".

En un momento se requirió de un voluntario para asegurar el agarre de la grúa. Eucarpio Muñoz, que no tenía preparación alguna, sacó aplausos y hasta fue contratado por su heroico esfuerzo.

"Nueve horas después del hundimiento y de cuatro infructuosas tentativas, las tres grúas lograron elevar al submarino hasta que afloró la escotilla", relata el historiador, y detalla que con golpes de martillo en clave morse avisaron a la tripulación que saliera de la nave. Eran las cinco de la tarde.

Repercusiones

El Mercurio de Valparaíso contaba el 3 de junio: "Gravísimo accidente del submarino H3. Se va al fondo durante ejercicios en Talcahuano (...) Siete horas de improba labor. Se logra salvar a toda la tripulación. Valerosa actitud de todos ellos. Enorme expectación pública a causa del accidente. Se espera reflotar hoy al submarino".

Germán Bravo aclara: "En ese tiempo demoraban en llegar las noticias, no es como hoy", cuenta Germán Bravo. "Si hubiera existido la cobertura de prensa que existe ahora, podría haber hechos tan importantes como el rescate de los mineros, pero demoraba como una semana en saberse. Al extranjero la noticia llegó mucho después".

"La verdad es que el H3, después bautizado como 'Rucumilla' tiene anécdotas incluso desde antes de llegar al país", relata Germán Bravo. "Chile había encargado dos submarinos con anterioridad, pero fueron vendidos furtivamente a Canadá, debido a la Primera Guerra Mundial, cuando ya se estaban haciendo las pruebas".

El historiador cuenta que, a modo de compensación, el astillero estadounidense le entregó cinco submarinos tipo H a la Armada, mientras que un sexto fue comprado por Chile.

"Cuando llegaron al país hubo una celebración muy grande. Es que Chile fue el segundo país en contar con submarinos en Sudamérica, después de Perú", acota.

En 1931, para la sublevación de la Escuadra, el Rucumilla se dirigió a Lota, "debido a una confusión se metieron por la boca del Biobío y el submarino se varó, porque el lecho era muy bajo. Costó mucho sacarlo".

En agosto de 1945, se decretó el desguace del Rucumilla, pero la hazaña de su rescate ya le tenía un lugar en la historia.

"Chile fue el segundo país en contar con submarinos en Sudamérica"

Germán Bravo,, historiador"

"Fue una hazaña impresionante (...) un hecho muy comentado en la época"

Germán Bravo,

historiador"

1919 en junio de ese año se registró el heroico rescate del submarino en Talcahuano.

25 hombres estaban a bordo del submarino H3. Todos fueron rescatados con vida.

3 grúas trabajaron en la recuperación de la nave, sacando aplausos tras el esfuerzo.