Manuel Muñoz González
Las atajadas de Christiane Endler primero en Colo Colo, luego en el Valencia de España y ahora en el PSG francés, han sido la inspiración para la pequeña Ignacia Bustos, quien sueña ser como la arquera sensación del fútbol chileno y su sucesora, algo así como la nueva Endler penquista.
"Claudio Bravo y Christiane Endler son mis arqueros favoritos. Me encantaría jugar en el extranjero como ella, en un equipo grande, pero para eso tengo que seguir entrenando", afirma Nacha, como le dicen en su familia.
La portera, alumna del 7º básico del Colegio Terraustral Montessori de Conce, reconoce que le gusta el fútbol principalmente porque es un deporte en equipo, y lo de ser arquera "porque cuando uno ataja salva a su equipo y es responsable de que le vaya bien".
De la UC al Barcelona
Esto de ponerse los guantes comenzó en el colegio, sin que su padre lo supiera. "Ella jugaba con sus compañeros y un día a un apoderado se le salió que Ignacia jugaba bien al arco, su hermano le había comprado chuteadores, todos sabían menos yo", dice entre risas Alex Bustos, papá de Ignacia.
Fue así como le buscaron un lugar para entrenar e ingresó a la escuela de fútbol de Universidad Católica que dirige el ex lila Carlos Verdugo.
"Es una niña muy talentosa, muy aplicada y que tiene claro sus objetivos", afirmó Verdugo.
En dicho lugar la entrenó el ex meta de Naval, del Conce y del Vial Gonzalo Smith. "Él fue una pieza clave en lo que ha aprendido hasta ahora", reconoce tanto su padre como el propio Verdugo, mientras que Alex, su hermano, también ha sido importante, pues ha estado en todas junto a la joven meta.
Un talento que, casi de casualidad, la llevó a ser becada para entrenar en la filial del Barcelona en Canberra, Australia. "Ella fue de vacaciones donde su hermana, Paulina, que vive en Australia. Ella y su esposo Cristian, como sabían que jugaba a la pelota, la llevaron a una escuela de fútbol y dio la casualidad de que a esa escuela llegaron cazatalentos del Barcelona, así que se la llevaron de inmediato junto a otro niño, en una prueba donde había cerca de 200 niños", cuenta su padre, Alex.
Así dio el salto la peque al cuadro blaugrana, donde estuvo entrenando un par de semanas. Ahora, por un tema de visa, deberá regresar a Chile tras la impensada experiencia. "Aprendí muchas cosas, con profesores profesionales, una experiencia muy bacán jugar por el Barcelona. Pese a que no hablo mucho inglés, fue muy entretenido", reconoce Ignacia, quien cuenta con todo el apoyo familiar para seguir atajando.
"Nos sentimos orgullosos, se ha podido desenvolver en un ámbito que no conocíamos de ella, está motivada y feliz haciéndolo, así que la apoyamos en todo si ella quiere seguir, ya que tiene muchas habilidades", apunta Paulina, la hermana radicada en Australia, quien espera seguir viendo a Ignacia entrenando, ya sea en el Barcelona, en la UC, o donde el destino la coloque bajo los tres palos.
"Es una niña muy talentosa, muy aplicada y que tiene claro sus objetivos en esto del fútbol".
Carlos Verdugo, Esc. Fútbol UC."
13 años tiene Ignacia Bustos, arquera que entrena en la escuela de Carlos Verdugo.