Jóvenes penquistas dan prueba que están lejos de ser "Ni-Ni"
Dirigentes sociales, que trabajan estrechamente con los muchachos, cuentan cómo éstos se han ido empoderando y ampliando sus posibilidades. Dicen que el laborar de manera colectiva les nace de manera natural.
E n Chile, de acuerdo a cifras de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica, cerca de 500 mil jóvenes están dentro de los llamados "Ni-Ni" (ni estudian ni trabajan). Las causas de ello son variadas y en Conce, las agrupaciones que laboran de cerca las problemáticas y los desafíos de los chiquillos, están empecinados en alejarse de esa difícil situación y sacarlos adelante, a como dé lugar.
"Los chicos tienen un horizonte más amplio que las generaciones anteriores", asegura la dirigenta vecinal, Yanini Arriagada.
Su trabajo con distintas organizaciones juveniles en la Agüita de la Perdiz le ha permitido percibir ese cambio de mentalidad a lo largo de los años.
Para graficarlo pone un ejemplo. "Mi abuelo, que fue uno de los primeros pobladores, se vino el '59 desde Schwager; era minero y no tenía muchas expectativas porque antiguamente había muchas menos opciones, pero nuestra generación ya rompió con ese círculo de pobreza y nustros hijos ya vienen con eso en el adn, el buscar cumplir sus expectativas".
Más participación
De acuerdo a la 8ª Encuesta Nacional del Instituo Nacional de la Juventud (Injuv), la participación la participación de los jóvenes en el ámbito político ha disminuido considerablemente durante los últimos años pero, a su vez, se ha evidenciado un aumento de "otras formas de participación política, las cuales se han visto facilitadas a su vez por un incremento de la confianza en las capacidades de acción colectiva",de acuerdo al reporte del estudio.
Y es que los jóvenes ven posibilidades de desarrollo personal no sólo en el estudio, sino también en otras actividades sociales que pudieran repercutir en movilidad social. Es así como las organizaciones a las que más recurren los jóvenes para desarrollar sus intereses son las deportivas, con un 20,3% de participación, según datos del Injuv.
Organizarse por un fin
Sin embargo, hay otras organizaciones en las que los jóvenes también se involucran, como lo son las agrupaciones artístico culturales (7,5%) o las que se forman en torno a los propios pasatiempos (6,9%).
El estudio del Injuv ha permitido detectar este interés y, de acuerdo al director nacional, Nicolás Farfán, "nosotros asesoramos a los jóvenes para que se organicen y eventualmente conformen agrupaciones con personalidad jurídica, esto les permite postular a fondos concursables, y notros los ayudamos en eso también".
Según Farfán, en los últimos 4 años, el Injuv ha entrado cerca de 3 mil millones de pesos para proyectos de unas 700 organizaciones que trabajan con personas de entre 15 y 29 años a lo largo del país.
Nueva mentalidad
"Hubo un cambio generacional marcado con el movimiento de Los Pingüinos hace unos 10 años y ahora existe un poco más de empoderamiento y el atreverse a hacer cosas nuevas", cuenta Carolina Arriagada, de la Coordinadora Chorera de Talcahuano.
Ella coincide en que las expectativas de desarrollo que tienen los jóvenes son cada vez más grandes y con un horizonte amplio, desde ahí comienza a surgir la necesidad de organizarse.
Sostiene Arriagada que en el desarrollo de los intereses personales va surgiendo de manera creciente y espontánea, "una búsqueda de pertenencia a algún lado, para ellos es muy importante, sentirse parte de Talcahuano, de Conce, del Biobío y desde ahí nace una preocupación de los jóvenes por las problemáticas que afectan a sus comunidades".
"A veces se asocia la juventud al no saber, pero hay que entender que los jóvenes que participan de estas organizaciones están en un proceso de búsqueda personal, y necesitan expresarse. Esa búsqueda genera una alta rotatividad o cambios de intereses", detalla la dirigenta.
captar su atención
Pero no siempre es fácil conseguir que los chicos puedan ver más allá de sus posibilidades actuales.
Así lo cuenta el bailarín y profesor de break dance, Javier Labraña: "está difícil motivarlos porque sienten el prejuicio que tiene la gente acerca del mundo del arte en general". Labraña, quien participó en programas de talentos y ha organizado eventos para una marca, confiensa que a él mismo le tomó tiempo darse cuenta de que el baile podía ser una forma de ganarse la vida y salir adelante.
"La gente ve al break dance como un hobby, pero es un deporte de alto rendimiento, yo me considero un deportista, competí, tuve auspiciadores y todo eso, ahora estoy dedicado a trabajar para mantener a los niños lejos de la delincuencia y de las drogas. Es difícil porque aunque algunos logran motivarse y ver esto como una oportunidad, en sus mismos barrios haya malas influencias que juegan en contra y quieren que estén en la calle".
Pese a las dificultades, el bailarín se la ha arreglado para sacar adelante en Bario Norte un taller con 15 chicos que buscan desarrollar sus talentos en actividades relacionadas al hip hop, cantando, bailando o haciendo grafittis, "lo que pasa es que todavía no descubren que esto puede ser una profesión".
Mejorar su entorno
Desde la agrupación vecinal Porvenir, de Chiguayante, Ángelo Novoa afirma que "sin duda hay más oportunidades. La mayoria de los chicos están aspirando a tener una buena carrera o a tener un buen trabajo.
El dirigente vecinal ha notado que los jóvenes están decididos a mejorar su calidad de vida, "eso involucra obtener bienes, algunas comodidaes e incluso viajar".
Sin embargo, esta misma búsqueda es la que, una vez más, los termina llevando a la organización, "hay una aspiracion a que mejore su vida, pero también su entorno, ellos entienden que si mejora su comunidad, también va mejorar su vida. Que su vecino o amigo no sufra injusticias es importante para ellos".
En todo caso, explica el presidente de la junta de vecinos, el principal motor de movilidad y participación de los jóvenes es la solidaridad.
"Cada vez que hay catástrofes, los jóvenes se mueven bastante en solidaridad. Gestionan ayuda con los vecinos, tal como ocurrió para los incendios forestales del verano, donde se organizaron tanto para enfrentarlos como para ayudar a los afectados".
Colaboración
Estas formas de organizarse les permite a los jóvenes definir sus propios temas de interés y métodos para influenciar las comunidades en las que participan.
"Nuestra población es en escencia comunitaria", cuenta Yanini Arriagada.
"Pueden haber necesidades individuales, pero a la hora de necesitar ayuda los jóvenes se organizan espontáneamente".
El estudio del Injuv confirma esa mirada, "se observa que la participación juvenil en actividades basadas en redes de acción comunitaria y local es cada vez más alta".
Desde la Coordinadora Chorera, observan que "hay pertenencia de los jóvenes a sus comunidades y ahí se da un arraigo que decanta en participación".
Carolina Arriagada afirma que "hay una gran cantidad de personas que mantienen la voluntad de organizarse, o sea que hay profesionales jóvenes que siguen participando en sus comunidades".
Ángelo Novoa coincide en que los profesionales se mantienen colaborando en sus comunidades de origen una vez que se integran al mundo laboral y ya tienen experiencia en la organización social.
"Cuando los jóvenes que participan son estudiantes universitarios, de insitutos, o tienen formación profesional, tienden a tener una mayor voluntad de participación en la organización de diversos temas, no sólo en el deporte", asegura el dirigente.
Camino valorable
El director de Injuv, señala que a partir de los 15 años, los jóvenes empiezan a involcurarse en actividades de su interés, en una participación que es, además, transversal.
"Nosotros valoramos el liderazgo que desarrollan, así como la misma participación de los jóvenes, porque en ese camino van aprendiendo a organizarse y coordinarse colectivamente para el día de mañana".