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Con greda recrea la historia de las antiguas culturas

Artesana moldea réplicas de vasijas y utensilios de los pueblos originarios y otras civilizaciones, con la idea de crear un museo que apoye a los escolares en sus tareas.
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Redacción

Hace más de 15 años que la artesana Rosa Caro practica la alfarería. Al principio era sólo un hobbie, hasta que un problema de salud le impidió seguir desempeñándose en su profesión de educadora de párvulos. Desde entonces, lo que era un pasatiempo se ha convertido en su única fuente de ingresos.

"A mí me encanta lo que hago, me apasiona. Esto me ha ayudado bastante para recuperarme de dos trombosis que tuve y hoy le está sirviendo también a mi marido, que sufrió una trombosis. Con esto le doy ánimo y hemos visto que se ha ido recuperando muy bien", contó la artesana, oriunda de Quillón.

El trabajo con greda, además, le permitió a Rosa fusionar sus dos amores, el arte y la enseñanza, con el fin de elaborar réplicas lo más exactas posible de utensilios de diversas civilizaciones antiguas y pueblos originarios de Chile.

En su taller, ubicado en el sector Valle Verde, es posible encontrarse con ánforas para rituales fenicios, jarros, pailas y coladores mapuches y diaguitas, así como también máscaras aztecas y todo tipo de cacharrería egipcia, entre otros artefactos.

"Lo que quiero hacer con mi arte es innovar y dejar esto en el futuro para los niños de Quillón. La finalidad de esto es hacer un museo con las réplicas, porque aquí no existen museos. Me he esforzado mucho por hacer las réplicas exactas y por lo mismo me he informado por internet sobre la historia de estos artículos y saber para qué sirvieron. Eso es parte importante de la educación para los niños, que puedan tocar y empaparse de la historia, tanto de Chile como de otros lugares del mundo", explicó.

Apoyo

Con pocos recursos y a punta de dedicación y esfuerzo, esta mujer ha conseguido muchas cosas. Como la greda no se da en Quillón, debe ir a buscarla a Florida, mientras que para fabricar sus piezas, posee herramientas casi rudimentarias y otras que ha reciclado, como palos de helado o de brochetas.

Sin embargo, ha encontrado apoyo para sacar adelante su labor. El concejal Esteban Villegas la ha ayudado en la construcción de su taller y el horno que tanto necesitaba, hecho también de barro, mientras que la municipalidad local ha logrado insertarla en puntos de venta para dar más visibilidad e interés a su arte.

"Nuestro trabajo es poder colaborar con nuestros emprendedores en diversos aspectos como la comercialización de sus productos. Ya contamos con una carpa frente a la plaza donde se hacen exposiciones y se invita a los turistas. Además, la idea es apoyarla en la capacitación y postulación a fondos concursables, con lo que pueda mejorar la competitividad como microempresaria y pueda escalar comercialmente con sus productos", indicó Osvaldo Alcayaga, jefe de la Oficina de Desarrollo Económico Local (Odel) de Quillón.

Cerca de un centenar de piezas son las que ya forman parte del futuro museo que Rosa quiere instalar en Quillón, creando a diario entre tres y cuatro. Y es que no es fácil moldear la historia y reproducir con exactitud creaciones de más de dos mil años.

Cada uno de los objetos, indicó, debe pasar siete horas en el horno para cocerse, y previamente la greda pasa por un proceso de limpieza y amasado, un trabajo duro, pero que ha tenido bellos frutos.

"Yo me motivo ayudando a los demás y ese es el objetivo final de mi trabajo, poder ayudar a otros a salir adelante, ayudarlos con sus problemas de salud o darles una herramienta para que puedan sobrevivir, como lo hemos hecho con mi marido", sentenció.

Enseñanza

Como toda apasionada del arte, la alfarera busca traspasar sus conocimientos a otras personas. Una de ellas es Lorena Villa, quien partió ayudando a la artesana y hoy ya maneja la greda por su cuenta sin mayores inconvenientes.

"He aprendido mucho sobre esto y me ha gustado mucho. Ella (Rosa) tiene mucha paciencia para enseñar y es muy buena para trabajar. Yo he aprendido a hacer ollas, pailas, fruteras; pero Rosa al final hace los diseños. Esto le ha servido mucho a mi hija para sus tareas del colegio, sobre todo con lo de los egipcios", comentó Lorena.

No obstante, la alfarera quillonina quiere poder contar con más alumnos para preservar el arte del trabajo en greda y, al mismo tiempo, que la historia de las antiguas culturas sobreviva al paso de los años a través de su arte.

"Me he esforzado mucho por hacer las réplicas exactas y me he informado por internet sobre la historia de estos artículos"

Rosa Caro"

100 piezas aproximadamente tiene la alfarera, con las que pretende dar vida a un museo.