Camila Espinoza López
L a llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas se convierte, para algunos, en la oportunidad perfecta para abrir las puertas al amor y a encontrar una pareja. Pero para llegar a eso se debe pasar por un rito, que puede tirar todo por la borda: la primera cita. ¿Qué me pongo? ¿Qué digo? ¿Cómo me comporto? Son las preguntas que más suelen complicar a quienes se reúnen por primera vez.
"La sugerencia, en una primera cita, es tener claro quién es la otra la persona y qué cosa es lo que deseo. ¿Cuáles son mis propósitos y mis objetivos? Ahora, si no conozco a la otra persona, es como una ruleta rusa, porque no sé qué desea el otro y cuáles son sus intenciones", dice Luis Pino, docente de la Escuela de Psicología de Universidad de Las Américas.
No mentir
El especialista también se refiere a los errores que se pueden cometer en un primer encuentro, por las ansias de conquistar: "Una persona, cuando se reúne con otra, muestra lo mejor de sí misma, pero debe mostrar lo mejor de sí misma en un sentido real".
Pino explica que las personas que aparentan algo que no son, podrían generar falsas expectativas y, a medida que avance el tiempo, su verdadera personalidad quedará al descubierto: "Se podría hacer el símil con una entrevista de trabajo, donde la persona muestra lo mejor de sí misma. Lo que no debemos hacer en una entrevista de trabajo es mentir sobre nuestras capacidades y tampoco hacerlo en una primera cita, porque, eventualmente, podemos lograr el objetivo y después tenemos que poner en juego esas capacidades y demostrarlas".
Interés exagerado
Una opinión similar tiene el psicólogo Sergio Schilling: "las personas normalmente caen en generar falsas primeras impresiones que pueden alejar al otro. La más típica es ser excesivamente demandante de un otro: inmediatamente siento que somos algo especial, me enamoré de ti y te empiezo a prometer cosas".
El especialista comenta que, en este tipo de casos, se comienza a generar una excesiva profundidad en una relación que recién comienza. "Una de las cosas que mis pacientas más reclaman respecto a los hombres, es que hay hombres que, en la primera cita, comienzan a vender una versión de ellos mismo que no es real", dice.
Schilling añade que hay que tener cuidado con generar "demasiados mensajes de que estoy interesado en la otra persona", porque puede no ser creíble.
Tampoco hay que caer en extremos y mostrarse poco preocupado en la primera cita. En sentido, el psicólogo explica que se debe prestar atención al otro y, por ejemplo, no caer en el error de estar revisando constantemente el celular, porque podría interpretarse como falta de interés.
Recordar el pasado
Otro punto a considerar por el psicólogo, es evitar hablar del pasado amoroso: "Muchas veces, las personas se sientan en la cita y comienzan a hablar de lo que les pasó con el ex pololo, la ex polola y los problemas que tuvo".
Schilling comenta que eso no será una buena señal para la persona con que se pretende comenzar un romance: "Eso generara la impresión en el otro de que aún no has superado eso. En otras palabras, que estás preocupado de otro y que se busca un sustituto".
Hablar de sexo
El psicólogo también se refiere a la opción de hablar de tener intimidad en la primera cita, propuesta que, para algunos, puede resultar incómoda. Schilling dice que, lo que hay que tener claro, es lo que representa el encuentro sexual para cada uno de los involucrados, porque podrían generarse problemas si se tienen concepciones distintas.
"¿Qué tal si significa un acto sexual diferente que tu pareja? Algunas personas asocian el tener intimidad con alguien con un nivel de proximidad emocional que implica que el otro debe empezar a generar una especie de lazo. Muchas personas no lo significan igual", expresa el especialista.
A su juicio del experto, "la relación sexual en la primera cita es válida, pero si tú entiendes bien lo que esperas del otro a partir de esa relación".
No ser mezquino
Aunque para algunos pueda parecer un detalle quién pagara la cuenta, también puede ser un punto clave en una primera cita. Schilling advierte que hay que tener cuidado con parecer mezquino.
"Estamos en una sociedad machista y, si bien la mujer quiere sentir que ella paga porque estamos en una sociedad más empoderada, también desea ver hasta qué punto es generoso el hombre. Muchas veces molesta que ellos no tengan la actitud de pagar, que no necesariamente quiere que lo vayan a hacer", recalca.