Penquista relata su ayuda en epicentro del sismo en México
Sebastián Astete ha realizado rondas de reconocimiento como parte de sus labores en el Departamento de Control Policial, en la ciudad de Puebla. Desde Chile, el rescatista Luis Olivera viajará con delegación nacional de "Los Topos".
Al menos 225 muertos se habían contabilizado ayer tras el terremoto de magnitud 7,1 Richter que el martes azotó al estado de Morelos y que afectó mayormente a la Ciudad de México, apenas 12 días después de otro movimiento telúrico que se registró en Oaxaca y Chiapas, y a exactos 32 años del peor sismo registrado en dicho país.
En la Ciudad de México fueron más de 90 los fallecidos y 800 los heridos reportados. Además, 39 edificios sucumbieron ante el movimiento telúrico, mientras que al menos 500 construcciones tendrán que ser revisadas por las autoridades locales.
Penquistas en puebla
En Puebla y alrededores, hubo caídas de viviendas y se ha informado de 43 muertos. "La situación está tensa, los servicios básicos en Puebla capital están bien, pero se presume que tendremos problemas con el agua", cuenta el chiguayantino Sebastián Astete (30), que vive hace 9 años en México junto a su esposa, que justo está de vacaciones en Chile.
"Pasé el terremoto solo. Vivo en un cuarto piso y aunque no hubo daño estructural, casi todo lo que tenía adentro se rompió, pero estoy bien", relató al teléfono desde su trabajo como jefe del departamento de Control Policial.
Astete relató que al momento de sentir el sismo alcanzó a enviar un mensaje de voz a su familia en Chile contando lo que sucedía, para que supieran que está bien: "Toda la comunidad está apoyando mucho, trabajando solidariamente e incluso algunos servicios de transporte y comunicaciones están funcionando de manera gratuita".
En su recorrido policial por la ciudad, el chileno pudo constatar que los mayores daños se vivieron en la zona colonial, donde hay construcciones más antiguas.
"Hay varios albergues funcionando, pero el comercio, escuelas y casi todas las actividades están suspendidas", detalló.
Aniversario
Pablo Huez, otro chileno que vive en Puebla, contó que justo a la hora del terremoto tenía planeado salir a comer junto a su esposa para celebrar su décimo aniversario. "Nuestro hijo de 7 años estaba en su colegio y estuvo apoyando a sus compañeritos; tomó un poco las riendas del asunto apoyando a su maestra", contó orgulloso este chorero, que vive en las afueras de la ciudad hace unos 10 años.
Junto a su familia se quedaron despiertos hasta bien entrada la noche esperando réplicas que, sin embargo, no sintieron tan fuerte. "Cuando fue el sismo estábamos en casa de mi suegra y la verdad es que se sintió bien feo, fueron dos movimientos fuertes, primero de arriba a abajo y después de un lado a otro, en verdad muy, muy fuerte".
Pasado el momento de mayor estrés, Pablo y su familia se fueron a su casa a la espera de que todo se normalizara. "Aquí tenemos una maleta de 72 horas con agua, chocolates, ropa, lámparas, cama inflable y documentos importantes, por cualquier cosa", indicó.
Topos a méxico
El paramédico penquista Luis Olivera (58) integrará la delegación de 18 personas que viajará a México a prestar ayuda en las labores de rescate, como parte del grupo especializado "Los Topos", cuya sede central está precisamente en el país azteca.
"Nuestra labor es buscar donde las otras unidades ya no buscan. Se dice que después de 10 días no se encuentra gente con vida, pero nosotros hemos encontrado gente después de 21 días", comentó el profesional, que se desempeña en el Centro de Salud Santa Sabina de Concepción.
"Nosotros ahora vamos en ayuda de ellos, así como ellos lo hicieron con nosotros para el 2010"
Luis Olivera,, rescatista del grupo Los Topos"
Entre escombros
Una niña fue encontrada viva entre las ruinas de la escuela Enrique Rébsamen y se trabajaba ayer en su rescate. Otros 21 menores y cuatro adultos fueron retirados sin vida de entre los escombros del establecimiento ubicado en la la zona sur de Ciudad de México, durante las labores de los rescatistas desplegados en el lugar.