Pamela Serey A.
Exponer en público es una misión compleja para cualquiera, pero es más difícil para aquellas personas más tímidas y, también, para los pequeños que se inician en ese tipo de aventuras verbales.
A algunos se les traba la lengua en estas situaciones y comienzan a tartamudear. De acuerdo a estimaciones recabadas por la Universidad Andrés Bello, "un 2% de la población padece de tartamudez".
Dado esto, cada vez hay más preocupación por solucionar este tema, tanto si se trata de un fenómeno acotado a presentaciones en público como si es algo que afecta a toda hora.
"Para la National Stuttering Association (NSA) la tartamudez es un desorden de la comunicación, lo que significa que los niños y personas que tartamudean, no sólo tiene sintomatología en su producción verbal, sino que se compromete de modo importante y central, su posibilidad y capacidad de comunicarse cómodamente con su entorno más cercano", dice Claudia Figueroa, académica de la Escuela de Fonoaudiología de la U. Andrés Bello.
Una vez que se identificó el problema, añade, lo que se debe hacer es acudir a un especialista: "Se hace necesario no sólo tomar conciencia de la necesidad de abordar esto, por medio de un tratamiento fonoaudiológico y muchas veces un equipo médico variado, sino que también de situar el tema en el lugar en que los niños pasan la mayor parte del tiempo y generan la mayor demanda de interacciones comunicativas, el colegio", agrega.
¿Qué hacer?
La experta sostiene que "un niño con tartamudez, no es un menor que debe ser aislado o marginado en tareas como contar historias, responder, exponer sobre temas diversos o dar cuenta de sus intereses entre sus compañeros y profesores. Es un menor que, por el contrario, debe ser acompañado desde la contención y, progresivamente, con el uso de estrategias terapéuticas en el logro de estas tareas de manera eficiente".
Recomendaciones
La precisa cómo debe ser abordada la situación en el colegio, a través de una adecuada terapia. "Podrán tomarse más tiempo, hacer exposiciones más breves, prepararse anticipadamente para los requerimientos, pero al menos sus ideas, sentimientos, conocimientos y argumentos, serán escuchados. El aula se transforma entonces no sólo en un recurso terapéutico, sino también en un recurso emocional para los niños que tartamudean, pues pueden generar transformaciones de su constantemente apaleado sentido de competencia comunicativa, y a la vez ser un medio que los acompaña y contiene desde sus necesidades".
Mirar a una persona
Un tip que entrega la psicopedagoga Montserrat Sepúlveda para un niño que va a exponer "es buscar siempre dentro de la sala a gente que sea de confianza del niño, puede ser un amigo o el profesor, y mirar solamente a esa persona.
"Con eso se sentirán más seguros", recalca.
Adelantar el panorama
La especialista agrega que es necesario explicarles a los niños todas las situaciones a las que se pueden enfrentar en una exposición.
"Hay que decirles que hay gente que sin respeto, que no presenta interés por la exposición y decirles que, frente a eso, no se tienen que amargar. Que es normal y que, si se preparó y se dedicó, el nervio es normal", asegura Montserrat Sepúlveda.
Exponer antes de...
Llegar preparados a una exposición ayudará a tener más confianza al momento de hablar, dicen las expertas. Para lograrlo, en la casa se puede ensayar antes la presentación.
La psicopedagoga recomienda hacerlo "disertándole a los papás".
"Se puede agregar material de apoyo pero, por sobre todo, hay que explicarles que busquen que expongan a esa persona de confianza", insiste la psicopedagoga y directora del after school Mi Casa Club.
"(Hay que) buscar siempre dentro de la sala a gente que sea de confianza del niño, puede ser un amigo o el profesor, y mirar sólo a esa persona. Se sentirán más seguros".
Montserrat Sepúlveda"