Tripulantes temen a los "piratas"
Dos casos fueron presentados a la Capitanía de Puerto de Coronel, pero serían muchos más. Los trabajadores dicen estar amenazados y por eso no hay más denuncias.
El robo de pescado desde barcos en las costas del Biobío no es un fenómeno reciente, pero se creía erradicado hasta hace unas semanas.
Tras varios años sin conocerse casos concretos, una denuncia presentada por tripulantes de un barco pesquero industrial el 12 de agosto volvió a encender las alertas de las autoridades y de las empresas del rubro.
Problema antiguo
El comandante Sergio Wall Olivari, capitán de puerto de Coronel, comentó que "este es un problema de larga data en la región, cuando hace décadas había gente que robaba carbón desde los trenes en movimiento".
"Más recientemente, hace unos años, ocurrió un episodio bastante conocido, cuando aparecieron los mal llamados 'gatos' en las costas de San Vicente", agregó el capitán.
El director del Sindicato Interempresas de Tripulantes de San Vicente, José Seguel, concordó en que se trata de prácticas que se creían erradicadas de las costas de la región.
"Esto había ocurrido en años anteriores, pero se puso brava la cosa últimamente y ahora volvió con más violencia en Coronel", dijo el dirigente, que recordó que "en ese tiempo también había temor entre los tripulantes, así que cuando ocurría un hecho así, la orden era resguardarse, porque si suben a robar se supone que también andan armados".
Violencia a bordo
La presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), Macarena Cepeda, dijo que "nuestra principal preocupación respecto de estos hechos que se hicieron públicos hace dos semanas, es el grado de violencia con el que están actuando estos delincuentes".
"Nosotros teníamos antecedentes de que esta es una actividad ilícita que se está desarrollando hace un par de años, pero el nivel de violencia con que hoy día están atacando las embarcaciones industriales ha escalado demasiado", detalló.
La denuncia presentada el 12 de agosto ante la Capitanía de Puerto se suma a otra que la autoridad maritíma recibió en marzo de este año.
El modus operandi de la banda que fue denunciada consiste en que tres o cuatro botes de no más de 10 metros de eslora se acercan a los barcos que, tras casi tres semanas de faena, vuelven a descargar sus cargas de jurel al puerto y entonces son abordados por no menos de 20 individuos provistos de arma blanca.
Una vez a bordo, los delincuentes saquean las bodegas, desde donde roban varias toneladas de pescado, según relató de manera anónima un grupo de tripulantes de una embarcación afectada.
"No tenemos estadística de los casos que han habido, sólo sabemos de estos dos asaltos porque es lo que se ha denunciado, pero sospechamos que hay más", dijo el comandante Sergio Wall.
Las denuncias, confirmó, fueron derivadas al Ministerio Público de Coronel. Desde la Fiscalía, en tanto, señalaron que los hechos están siendo investigados y se pidieron diligencias a la Armada, para poder dar con los responsables de los robos.
Respecto de la baja cantidad de denuncias presentadas, la directora de Asipes reconoció que "los tripulantes están amenazados y no pueden hacer las denuncias porque quienes roban en los barcos muchas veces son sus propios vecinos, entonces se sienten amenazados, no sólo ellos sino que también sus familias, lo que los inhibe para realizar denuncias".
Acciones preventivas
Como una manera de coordinar esfuerzos por evitar nuevos hechos de este tipo, Asipes sostuvo reuniones con el gobernador marítimo de Talcahuano, así como con el capitán de puerto de Coronel.
El comandante Wall indicó que se han entrevistado con capitanes de embarcaciones pesqueras industriales para obtener antecedentes respecto de la forma en que operan estas bandas.
Por ahora se ha podido determinar que las embarcaciones son asaltadas en el área norte del Golfo de Arauco, a unos 4 kilómetros de la costa sur de la Isla Santa María y a unos 35 kilómetros del puerto de Coronel.
La idea es intensificar los patrullajes preventivos. "Tenemos protocolos de trabajo en los que las distintas empresas nos informan con anticipación el recalado de naves para estar mejor preparados y repeler cualquier ataque", explicó el comandante.
La Armada tiene unidades en el Golfo de Arauco, pero también puede actuar desde otros puntos del litoral donde tiene presencia pero, aclaró el capitán Wall, "no hacemos escolta a los barcos".
Daño al producto
Pero no sólo la seguridad es un tema de preocupación para Asipes. Macarena Cepeda aseguró que el perjuicio económico para la industria pesquera es considerable.
"El jurel que roban los 'gatos' no es descontado de ninguna cuota, entonces nosotros vemos que alcanza una magnitud de 8 mil toneladas de jurel al año, lo que significan pérdidas por más de un millón y medio de dólares", aseguró.
Las empresas declaran la cantidad de producto al momento de recalar, de manera que lo que se informa y certifica es lo que efectivamente es descargado desde los barcos en la costa.
"Este volumen robado no se descuenta de las cuotas de pesca que se definen bajo criterios científicos, por lo tanto se genera una pesca negra que está impactando a la sustentabilidad del recurso".
Desde Asipes afirman que el pescado es comercializado de manera informal en ferias libres e incluso ha llegado al terminal metropolitano. Es decir, que llega a consumidores sin cumplir con las cadenas de frío y transportabilidad del producto.
"Los tripulantes están amanezados y no pueden hacer las denuncias
Macarena Cepeda,, presidenta de Asipes"
"Las tripulaciones no deben exponerse a la voilencia
Comandante Sergio Wall,, capitán de puerto"
8.000 toneladas de jurel son robadas anualmente desde embarcaciones, de acuerdo a Asipes.
35 kilómetros separan a Coronel del área donde se producirían los robos en alta mar.
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