El cáncer ha sido una de las mayores problemáticas de salud pública en los últimos años. Por ello es importante ver los diversos factores y miedos que genera recibir este diagnóstico. La vivencia de una enfermedad como el cáncer involucra muchos temores en quienes han padecido este tipo de patologías. Las personas siempre piensan que después de ser diagnosticadas se van a morir, o que ya no podrán realizar su vida como lo era antes.
Muchos sobreviven después de la vivencia de un cáncer pero ¿qué pasa cuando retoman sus vidas? Si pensamos en esta vivencia como una etapa de la vida que se cierra, las personas no son las mismas de antes; a veces cambia la forma de mirar la vida y cómo se relacionan con los amigos, parejas e incluso con sus hijos o padres, pues la vivencia de la enfermedad produce cambios radicales.
¿Cómo se desempeña desde lo cotidiano? ¿Cómo actúa en la sociedad cuando ésta no se ha detenido? ¿Cómo lo hace sobre todo en este mundo que demanda que nos desarrollemos lo más eficaz y eficiente posible donde los errores no son permitidos y los ritmos de vida son tremendamente acelerados?
Es importante entender que como sociedad debemos considerar estas vivencias pues modifican la forma de ver la realidad. Además debemos comprender que esta condición de salud nos puede afectar a todos y desde ahí la recomendación de disminuir o tratar de eliminar los factores de riesgo.
Columna