Carlos Paz Durán
De los 40 grados Celsius de Montecatini a los -2 de Santiago fue el contraste que, en menos de 24 horas, vivió la penquista Patricia Salinas, quien integró la selección chilena de 55 años y más que tomó parte en el XIV Mundial de Maxibásquetbol, disputado del 30 de junio al 9 del presente en la citada ciudad italiana.
"En mis más de 50 años como basquetbolista tenía pendiente el sueño de jugar un Mundial, hasta que lo cumplí en Montecatini", señaló Salinas, quien el sábado tocó suelo nacional tras un "movido" aterrizaje debido a lo resbaladizo de la pista del aeropuerto santiaguino, y tras una espera de dos horas para desembarcar a causa de la nieve.
Pero quien por décadas ha sido también una destacada dirigenta deportiva reconoció que "no quedé contenta con mi cometido. Creo que puede haber aportado mucho más", y de inmediato anunció que tiene intención de tomarse revancha, y doble.
"En 2018 me gustaría estar en el Panamericano de Brasil y en el próximo Mundial de Maxibásquetbol de Asia, pero en mi categoría, que es la de 60 años y más", indicó, para luego detallar que en la cita itálica ganaron dos partidos y perdieron tres.
"En nuestra llave debutamos con derrota ante Eslovenia y luego ganamos a Perú, que es el actual campeón panamericano. En la siguiente etapa perdimos con República Checa y Ecuador, y en la definición del noveno lugar (de un total de diecinueve escuadras) superamos a Alemania", resumió la deportista, quien añadió que "tuvimos la fortuna de jugar casi todos los partidos a primera hora de la mañana. Más tarde el gimnasio era un horno".
"Montecatini es un lugar hermoso, pero en pleno verano su calor es insoportable, más para alguien que vive en el extremo sur del mundo", aseguró la también presidenta del Centro Deportivo y Social Lord Cochrane, quien pese al calor asfixiante se dio el tiempo de conocer Florencia, Venecia, Roma y su histórico Coliseo.
El calor no fue lo único que molestó a la maxicestera.
También se sintió incómoda porque en el campeonato, y tanto en damas como en varones, tomaran parte numerosos conjuntos que eran más que nada grupos de amigas y amigos.
"La mía fue una verdadera selección. Había jugadoras de Arica a Puerto Montt. Además, nos juntamos a entrenar un par de veces, una de ellas incluso aquí, en Concepción", afirmó.
5 partidos jugó Salinas en el Mundial de Montecatini. Ganó dos y perdió tres.
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