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Cerveceros locales se la juegan a full para entrar en los mercados

En Chiguayante y Tomé trabajan bastante para encantar los paladares de los penquistas. Cuentan que es una tarea de esfuerzo para estar a la altura de lo que esperan los clientes y para dar dura pelea a la competencia.
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Gonzalo Cifuentes Uribe

Posiblemente la cerveza es el trago predilecto de los jóvenes, sobre todo universitarios, quienes matan la sed con este brebaje tradicional. No hay partido de la Selección Chilena en el que una "chela" no acompañe a la fanaticada, por lo que fácilmente se puede decir que es la más popular.

En ese sentido, las grandes industrias producen en masa. Sin embargo hay quienes fabrican en menor volumen, pero con un esfuerzo superior. Son los cerveceros locales, quienes se la juegan por entrar en el mercado y darle la pelea a las grandes embotelladoras.

negocio de familia

Esteban y Karen Ramírez, son hermanos nacidos y criados en Chiguayante. Allí producen su cerveza, llamada Manquihuay, la cual pretende llegar a todas las mesas de la zona.

"Todo partió en 2010, tiempo después del terremoto. Empezamos con una cerveza llamada Thoky. Nos fue bien, tuvimos nuestros clientes, pero pagamos el noviciado y dejamos de producir", cuenta Esteban.

Años después, nace la idea de Manquihuay. "Nos empezaron a llamar para pedir cerveza, pero decíamos que ya no estábamos en el rubro. En ese momento volvimos", relata.

Es por ello que instalaron su laboratorio en la Tierra Bella, a los pies del cerro Manquimávida. "Tenemos buena agua aquí, proveniente de napas subterráneas. Así que nos lanzamos a hacer cerveza nuevamente", cuenta.

Nativa, Brava y Salvaje son los nombres que les pusieron a los distintos tipos (rubia, ámbar y negra) de su cerveza, una bebida de calidad, la cual avanza a pasos agigantados.

"Primero nos estamos moviendo en restaurantes, en botellas de 330 cc, pero la idea es pasar al schop y vender barriles. Desde septiembre en adelante se viene la época fuerte", señala.

Como han ido progresando, sumaron un nuevo socio, Diego Sapiaín, quien aporta desde la óptica química junto a Karen, expertos en el área.

largo proceso

Estos cerveceros locales cuentan que demora bastante sacar una partida de cerveza, la cual es de 150 litros.

"Primero se realiza un trabajo en las ollas, las que tienen distintas finalidades. Hay una para preparar el agua, una para macerar y otra para realizar la mezcla final agregando el lúpulo. Esto demora unos doce días", especifica Karen Ramírez.

Luego de ello, todo el producto va a unos fermentadores, los cuales van filtrando. "Aquí se demora por lo menos dos semanas y quedamos con 150 litros puros de cerveza, la que posteriormente se embotellará", dice.

Todo el proceso demora más de un mes. "Nos limita bastante eso, porque nos gustaría estar produciendo todos los días. Sólo tenemos tres fermentadoras, así que ese es nuestro tope", revela.

Por último, está el embotellado, que hacen ellos mismos, y a disfrutar.

"Es harto el esfuerzo que realizamos, es harto trabajo", añade. Sobre todo porque buscan clientes y hacen todo el trabajo, desde la producción a la entrega.

identidad tomecina

Herman Oviedo y Marcos Bravos tenían un pub, en el cual vendían su propia cerveza. Por diferentes motivos, el local cerró, pero fue el puntapié inicial para crear Grossvater, cerveza hecha en Tomé.

"Fue todo autodidacta. Empezamos a ver tutoriales en Youtube, preguntando a gente que conocía. Así empezó todo, sin ningún conocimiento especial", explica Herman.

Una vez que lograron el producto, empezó lo entretenido. "El pub Kangurú nos ha ayudado mucho, puesto que cuando cambió dueño y reabrieron, contaron al tiro con nosotros. Ellos tienen toda nuestra gama", detalla.

Lo importante en ese sentido, es que el local queda en Bellavista. "Es un lugar turístico, entonces qué mejor que ofrecerles una cerveza hecha en Tomé", advierte.

Además, Grossvater se puede encontrar en otros populares recintos de diversión. "Bar Callejón y Irish Bar también tienen y nos ha ido bien. La gente entendió que una buena cerveza funciona como un vino, para acompañar comidas", sostiene.

Según cuenta, ha sido un largo camino y con harto esfuerzo. "Cada vez hay que hacer una de mejor calidad, más completa, porque el público tiene más conocimientos. En eso estamos, agregando más cosas", dice Herman.

Herman Oviedo,, Grossvater"

"Empezamos a ver tutoriales, fue todo autodidacta"

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