En medio de la fiebre futbolera, nos percatamos que crece en nosotros una gran emoción y un nacionalismo que nos es tan habitual en un pueblo como el nuestro.

Al analizar este deporte como pasión de multitudes, no se puede evitar pensar en los principios que sustentan la dirección y el liderazgo modernos. Estos se basan en cuatro elementos fundamentales: la motivación, la comunicación, el liderazgo y el trabajo en equipo; podemos decir entonces que lo que caracteriza a las organizaciones eficientes también caracteriza a un equipo de fútbol eficiente.

Como seres humanos necesitamos las referencias y en el fútbol las encontramos. Satisface nuestra necesidad de pertenencia, de reconocimiento, de seguridad y el triunfo de once jugadores lo sentimos y vivimos como propio.

Lo más importante es el trabajo colectivo y táctico de quien dirige un equipo, mostrando gran liderazgo y dándonos una unidad pocas veces vista. Una Copa América o una Copa Confederaciones es una representación de este mundo, es una síntesis de lo que somos. El fútbol llama a mostrar los valores supremos del ser humano: el honor, la perseverancia, la lucha, el amor a la "camiseta", todo lo que esperamos sea un juego limpio y honorable.

Perseverancia, optimismo, autocontrol, disciplina y muchas otras virtudes son las que necesitamos para emprender un negocio, para una copa o para la vida.