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¿Amor en la oficina? Es posible, pero siempre tomando un "ubicatex"

Especialistas aseguran que se puede lograr una relación sana y duradera en el lugar de trabajo, pero haciendo la relación pública para evitar rumores y separando lo que ocurre en la casa de lo que pasa en la "pega".
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Camila Infanta S.

Sólo dos amigos del banco en el que trabajaban sabían que Daniela y Paulo mantenían una relación. Si bien no se desempeñaban en la misma área, sí dependían del mismo gerente, por lo que, un año después, cuando la relación se puso seria, él se lo contó al superior. El caso fue derivado al comité de ética de la empresa, quienes pidieron que uno de ellos fuera trasladado a otro sector.

Así fue.

En dos meses, Paulo y Daniela cumplirán seis años de casados y, de ese vínculo, ya nacieron dos hijos. Ella se cambió de trabajo y ya no comparten el día a día como en sus inicios, pero recuerda que muchas veces fue complejo hacer como que nada pasaba cuando, antes de llegar a la oficina, habían peleado. "Era difícil disimular; un par de veces le hablé golpeado en el trabajo por temas personales y tuve que fingir que no pasaba nada", recuerda Daniela.

Pese a no haber una ley específica sobre este tipo de relaciones en el trabajo, en Chile, varias empresas han generado normas sobre el tema. Mientras algunas lo prohíben y sancionan, otras lo permiten, bajo ciertas condiciones.

El director de la escuela de psicología de la Universidad Mayor, Edmundo Campusano, cree que es imposible prohibir este tipo de relaciones, teniendo en cuenta que, muchas veces, los chilenos ven más a sus compañeros de trabajo que a sus propias familias y amigos.

La base -continúa- está en saber establecer los roles de cada uno: "Son los dominios de relación los que hay que tener claro. Uno no es el mismo en todas las esferas: es distinto en casa que en el trabajo, y que jugando a la pelota. Y eso es lo que no se debe intervenir".

Como ejemplo, cuenta que, para que una pareja perdure, como primera cosa, es ideal que no trabajen para el mismo jefe (como en el caso de Daniela y Paulo), ni sea uno jefe del otro.

"Además, lo ideal es establecer que lo que pasa en el trabajo se queda ahí, lo mismo con la casa", recalca Campusano.

"Es como llamar a ubicarse. El 'ubicatex', que le decían, que no se compra en las farmacias, pero que arregla muchos males", recalca.

Para lograrlo, dice, deben ser las empresas las que noten este tipo de relaciones y, en reuniones de equipo, notar cuando algo, socialmente, está causando problemas.

Sobre ese punto, la directora de responsabilidad social corporativa de Adecco, Suyin Palma, dice que este tipo de relaciones debe tomarse con naturalidad e intentar que no impacte en el trabajo.

"En esos casos, lo mejor es transparentar lo que pasa y así controlar los bullicios y rumores", dice Palma respecto a los comentarios de pasillo del estilo: ¿Supiste que el de la oficina de la esquina anda con la tanto de personal? Cuando esa información se hace pública, el rumor se elimina rápidamente.

¿Puede prohibirse?

Palma considera que no es algo que las empresas deban normar. "No puedes cambiar la tendencia de la organización para prohibir algo", dice.

"Toda la gente tiene el derecho de interactuar o mirar a su compañero como quiera", agrega.

Campusano, por su parte, cree que si se prohibiera, también se debería penalizar el establecer relaciones de amistad, por lo que no es partidario de aplicar sanciones.

"Cualquier relación cercana podría terminar en un problema en un lugar de trabajo; sobre todo a la hora de tomar decisiones o establecer responsabilidades", enfatiza.

"Cualquier relación cercana podría terminar en un problema en un lugar de trabajo; sobre todo a la hora de tomar decisiones o establecer responsabilidades".

Edmundo Campusano, director de psicología de la U. Mayor."