Alfonso Levet
Desde hace algunas semanas que las playas de Tomé tienen invitados conocidos, pero que han aumentado su presencia de manera considerable conforme pasan los días. Durante las tardes del fin de semana se vieron fácilmente 300 a 400 lobos marinos en la orilla.
"Desde hace un tiempo que están llegando, pero nunca en esta cantidad, yo no había visto tantos, son muchos", contó la tomecina Sara Roa.
Atractivo turístico
Ella es una de las tantas personas que se acercan a la playa para ver y fotografiar a los ejemplares, que en su mayoría se quedan en la orilla o chapoteando en aguas bajas.
Sólo algunos lobos más "osados" se acercan a los muros de contención y las escaleras.
Robinson Carrasco es propietario de en una de las pescaderías ubicadas junto a la costa, donde trabaja hace varios años. Según comentó, "antes habían cuatro o cinco lobos, pero hace como dos semanas que aparecieron más. Es la novedad. Son animales salvajes, así que hay que tener cuidado y no hay que molestarlos por nada del mundo".
El tomecino Sergio Zanzana advirtió que "pueden atacar si la gente se acerca mucho. No son amaestrados, son animales salvajes, así que hay que quedarse lejos no más".
Tomando fotografías desde una distancia prudente estaba Jennifer Hernández: "Soy de Antuco, así que nunca habíamos visto tantos lobos juntos. Es bien atractivo, sobre todo para los niños".
Posible migración
Por ahora las causas de su llegada se desconocen, pero el biólogo marino Eduardo Tarifeño afirmó que "los lobos marinos son muy territoriales. Tienen su base en Cobquecura, pero de acuerdo a la cantidad que hay en Tomé podría tratarse de algún grupo que esté buscando un nuevo lugar donde asentarse".
El académico enfatizó que los lobos marinos "son animales muy inteligentes, si encuentran comida y roqueríos para descansar, solucionan un problema y podrían eventualmente quedarse por ahí, pero es algo que habría que estudiar; por ahora desconozco más detalles".
Eduardo Pedreros, de la agrupación Todos Somos Cobquecura, señaló que en los conteos en esa comuna arrojan cifras por sobre 3 mil 500 ejemplares, por lo tanto es difícil saber si los lobos que están en Tomé llegaron desde allá. "Es una especie que migra bastante y puede descansar en toda la costa del Bío Bío. De acuerdo a lo que sabemos, la comuna está dentro de sus dominios, así que podría ser una lobería de descanso".
Pese a que la presencia de lobos marinos es habitual en las playas tomecinas, ni en la municipalidad ni en la Capitanía de Puerto disponían de recomendaciones preventivas para los visitantes. En la playa sólo hay un letrero que informa de la prohibición de alimentar a los animales.
Desde Sernapesca recalcaron que son una especie protegida y entregaron las siguientes recomendaciones: nunca alimentarlos; mantener distancia prudente, porque aunque no lo parezcan son muy veloces y cuando tienen hambre pueden volverse agresivos.
"Cuando los lobos marinos no tienen suficiente comida, salen en búsqueda de otros lugares".
Eduardo Tarifeño, biólogo marino."