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El taller de danza que se mueve por amor e inclusión

Cinco años lleva funcionando un colectivo artístico conformado por jóvenes con necesidades especiales al alero de Artistas del Acero. Su profesora habla sobre los avances y los objetivos que se han trazado.
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Alfonso Levet G.

"Si pudiéramos tener un registro del primer día y de cómo hoy se van a sus casas, se podría ver que es un proceso largo, que no sólo tiene que ver con la cosa corporal, sino que con su independencia". Las palabras son de Belén Yankovic, profesora de danza que lleva cinco años dictando el taller de Danza Moderna Infantil para quince alumnos del colegio diferencial Per Se, y que se desarrollan en las salas del centro cultural Artistas del Acero.

La profesional se especializó en Danza Educativa e Inclusión y anteriormente ha trabajado en una escuela para personas con discapacidad visual en Santiago, en la Teletón y en la Escuela España de Conce.

"Siempre me preguntan si es un esfuerzo muy grande hacer el taller, y yo digo que no. De hecho, no tengo asistente", dice.

Belén explica que el curso es totalmente financiado por Artistas del Acero, porque, para ellos, dijo, es muy importante la inclusión. El objetivo es que los alumnos, en su mayoría jóvenes con síndrome de Down, desarrollen independencia, ritmo, coordinación y expresión, habilidades que se complementan con el proyecto pedagógico del establecimiento al cual acuden.

Proyecto integral

El objetivo, según explica la encargada, es que el taller ayude a los niños y jóvenes en su desarrollo de competencias sociales, las cuales, más tarde, les permitirán integrarse de manera exitosa al mundo laboral.

Todas las semanas, señala, uno de los alumnos es el encargado de liderar la fila que hacen para caminar las tres cuadras que separa al establecimiento de los salones de danza. En el trayecto deben estar atentos a los semáforos, señaléticas y el tránsito, lo cual les enseña a tomar responsabilidades y rápidas decisiones. Todo eso se realiza en un ambiente seguro y cien por ciento supervisado.

"A veces como sociedad los subestimamos y los papás también tienen que darles un poco más de cuerda a los chicos", reflexiona la profesora. "Hay que darle fuerza a la inclusión. He llegado a esa conclusión de que son jóvenes como cualquier otro", sostiene.

Visión pedagógica

El director del colegio Per Sé explica que el taller trabaja con jóvenes de entre 14 y 22 años que tienen necesidades especiales. "Para ellos es importante venir. El sólo hecho de estar seleccionados para participar del taller es un logro, pero deben mantener un comportamiento adecuado. Saben que si no, hay más alumnos en lista de espera", indica.

Desde un punto de vista pedagógico, el proceso cuenta con una etapa básica y otra fase que tiene como objetivo cúlmine el desarrollo de competencias sociolaborales, que les permiten a los alumnos participar de pasantías y prácticas.

De hecho, hay varios alumnos que pasaron por todas las etapas y que ya están integrados en el mundo laboral. En la sala de ensayo los objetivos son más simples: hay que memorizar la coreografía y hacer que los movimientos resulten bastante fluidos.

Hay confianza entre ellos y se nota, porque están relajados y disfrutando el momento. Se corrigen y se animan mutuamente. La profesora los conoce tan bien que, incluso, sabe los tiempos que requiere cada uno para lograr sus objetivos. "Sé cuáles son sus potenciales, debilidades y hasta sus amores... ¡si son jóvenes!", sonríe la profe.

Todos los años el taller busca un enfoque determinado para preparar una presentación de fin de año donde muestran todo lo aprendido. El director asegura que "ver cómo funcionan arriba del escenario es impresionante".

En el taller de Danza Moderna Infantil se trabaja por un mismo objetivo y todos aprenden un poco del resto, y la profesora confiesa que "el miércoles es el día más feliz de la semana para mí".

"Hay que darle fuerza a la inclusión. He llegado a esa conclusión de que son jóvenes como cualquier otro"

Belén Yankovic,, profesora de danza"