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Mamás guardadoras brindan apoyo a los niños que están en riesgo social

Tienen pequeños a su cuidado de manera transitoria, a quienes les entregan todo el cariño y amor.
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Karen Loreto Retamal

Hace unos meses recibió una llamada telefónica: "Tía, los mejores días de mi vida fueron los que pasé en su casa", le dijeron desde el otro lado a Ester Gómez, una mujer de 74 años, quien gran parte de su vida dedicó a entregar amor y cariño a niños, los cuales -por diversos motivos- no tenían el apoyo de sus padres.

Ese llamado fue de Pamela, la primera niña que cobijó en su hogar y que hoy es una mujer de 47 años. "Está re bien la niña, estudió y ella viene en diciembre a vernos. Me dijo que se va a casar, pero quiere la bendición por la iglesia. Quiere que mi marido la entregue", resume Ester, quien tiene dos hijos y además agrandó la familia con Nivaldo, de quien fueron tutores entre los 14 y 18 años. Él se quedó con ellos. A ellos se sumaron alrededor de cinco niñas que no dudó en ayudar.

Tal como ella, otras mujeres han decidido acoger a pequeños en sus hogares y brindarles el cuidado y cariño que se merecen, a través de iniciativa propia o mediante el programa Familias de Acogida (FA) del Sename.

Sin pensarlo

Llevaba seis meses casada y viviendo en Punta Arenas cuando la hermana menor de Ester llegó a vivir con ella. Había egresado de asistente social y había empezado a trabajar en la empresa Lanera Austral. En ese momento aparece la pequeña Pamela.

"Un día me dice que hay un matrimonio, donde la mujer se fue y dejó abandonados a tres niñitos. El papá contó que a la niñita la iba a mandar a un hogar de monjas y los otros dos niños al hogar de Carabineros. Me dice que por qué no sacamos a la niñita, que en ese entonces tenía cuatro años, los fines de semana y así empezó. Venía los fines de semana Pamelita, las vacaciones las pasaba con nosotros y en el intertanto, llegaron otros niños", relata.

Estuvo con ella, como guardadora, hasta los 12 años, cuando su padre decidió sacarla del hogar y llevársela a casa.

Hubo más niños, como María, Jacqueline (quien ya es abuela), Rosita y Loreto. Hoy, con más distancia y viendo los frutos de todos aquellos niños que la vieron como madre, Ester no sabe cómo lo logró. "Nunca pensé cuando joven hacer una cosa así. Pero resultó, yo creo que fue con la ayuda de Dios y paciencia también", comenta.

"¿Cómo me siento? Uff no sé cómo lo hice. Siempre digo que gracias a Dios que no estoy sola. Que lo hicimos bien, es reconfortante para nosotros. Pero cuando empiezo a conversar con Dios, por ejemplo, veo que hay harta gente que se preocupa por mí, lo cual me emociona", dice.

A Ester, si le preguntan cómo lo hizo, sólo responde que fue gracias a Dios, quien le dio la fuerza para seguir y no abandonar a los niños. "Nunca pensé dedicarme a eso, empezó a pasar. Lo hice sin pensar".

TRemenda experiencia

La complicidad que existe entre Lorena Vega y el pequeño que acoge hace 6 meses como guardadora es bonita. Tanto así, que ella se emociona sólo al mirarlo y ver cómo ha avanzado en el tiempo que ella lo ha tenido a su cuidado.

"Me picó el bichito tras ver a Bárbara Rebolledo. Mandé un correo preguntando cómo podía ser guardadora. No recibí respuesta hasta agosto del año pasado. No me habían respondido, pues en Concepción no estaba el programa. Vine con mi esposo y cuando nos contaron de qué se trataba, no dudamos en hacerlo", dice la guardadora, quien tiene hijos grandes, de 20 y 25 años.

Ahora tiene a su cuidado a "Yuli", como ella lo nombra cariñosamente. A él lo recibió de seis meses con bronconeunomía, por lo que "estuvimos tres meses en kinesiólogo y ahora está sanito", agrega, contando que cuando lo fue a buscar, se sintió como si fuera a tener guagua. "El día anterior arreglamos su pieza y su dormitorio. El proceso de tenerlo en casa ha sido bonito, pero complicado, ya que necesita full atención. Uno tiene que entregarle afecto, contención. Son niños que pierden esa esencia", agrega.

Lorena siempre se enfoca en el bienestar del pequeño. No piensa en cuando tenga que entregarlo, sólo en la satisfacción de que él estará bien. "Mucha gente pregunta por cómo nos sentimos nosotros, pero lo importante son ellos, ellos deben estar bien", señala, al tiempo que comenta que le gustaría tener otro pequeño a su cuidado. "Ha sido una experiencia tremenda", aporta.

"Mucha gente pregunta por cómo nos sentimos nosotros, pero lo importante son ellos"

Lorena Vega"

Qué es el "FA"

Según explica Julieta Sáez, coordinadora del programa "FA" Concepción-Arauco del Sename, éste parte consiste en otorgar el derecho a los niños el vivir en familia. En ese sentido, personas postulan a ser guardadoras y tras ser evaluados, pueden acoger a un pequeño, lo cual no tiene relación con la adopción, sino con el cuidado transitorio de éste. "Es importante esto, por los beneficios que tiene para el niño, lo cual permite su desarrollo en todos los ámbitos", dice.