Los Marihuén: así es su nueva vida a mil días de su traslado
Tras ser "sacados" de Coronel, la Comunidad Mapuche habla de sus desafíos en su actual hogar en Arauco.
Hoy se cumplen mil 47 días desde que Los Marihuén dejaron el terreno que ocupaban cerca de Coronel. Ahora, el clan está viviendo en Punta Carampangue, a pasos de Arauco, y dicen que están más tranquilos que antes. Sin embargo hay un tema que, según aseguran, los hace pensar que no todo es miel sobre hojuelas y se trata del clasismo. Una situación que señalan no haber vivido cuando estaban en Playa Negra y que ahora, lamentablemente, sí han sentido.
"A veces por ser mapuches nos tildan de conflictivos y ya hemos encontrado caminos internos cortados. De todas maneras debemos dialogar con nuestros vecinos", sostiene el lonco Alex Marihuén.
"Acá, en Arauco, uno capta que hay bastante clasismo de la gente. Algunas veces, en el pueblo, te hacen sentir como un bicho raro. El trato es distinto al que teníamos con las personas de Coronel. Otros peñis (hombre mapuche) opinan lo mismo que yo", añade.
El lonco dice que a pesar de que existen otras 35 comunidades mapuche en el área, afirma que ellos se diferencian de las demás por su forma de ver las cosas. "Hemos tenido contacto con otras comunidades, pero nos sorprendió que no tienen la misma visión cultural que nosotros. Algunos están más preocupados de agarrar proyectos con las municipalidades o con la misma Celulosa Arauco. Incluso, hay otras, que han cortado hectáreas de árboles nativos, como el hualle, para reforestar con eucaliptos. Es ahí donde uno nota que hay diferencias. Nosotros respetamos la naturaleza y tratamos de ser más autónomos", manifiesta Alex.
"Hay mucha división entre las comunidades y eso se puede ver en las reuniones. Unos trabajan con puros proyectos y otros somos más apegados a la Cosmovisión Mapuche. Todos valoran la lucha que tuvimos en Coronel, pero acá falta más decisión", asegura Sonia Marihuén, otra integrante del clan familiar.
Volver a las raíces
La pelea que Los Marihuén dieron en Coronel era para quedarse a vivir en un terreno que consideraban ancestral. Las 75 hectáreas que hoy ocupan en Arauco, que antes pertenecían a una familia de origen alemán, no reúne esas características precisamente, por lo que esperan modificarlo de cierta forma para sea lo más parecido a lo que tenían anteriormente.
"El próximo año nos vamos a dedicar a tener animales más y al cultivo de la tierra, es decir, siembra de papas, porotos, arvejas o habas. Algunos se dedican a la venta de hortalizas, pero acá se cultiva más para el consumo interno, porque también es más sano. Queremos marcar presencia y como el río Carampangue colinda con parte del terreno pensamos que sería bueno en el verano apuntar al turismo y tal vez hacer un camping", revela Alex.
"En lo personal me gustan las ovejas y junto a mi ñuke (mamá) pensamos en fabricar lana para los trafkintü (trueque) en los encuentros. También quiero recuperar zonas con nativos como laurel o canelo, para las futuras generaciones", agrega.
El traslado
Esta agrupación vivió en la ex comuna minera durante décadas, pero su caso se hizo conocido luego que se resistieran a acatar una orden judicial que en definitiva los forzó a cambiar de aires.
Ante este escenario de disputas y posibles desalojos, la Conadi intervino junto a otras instituciones y para solucionar el conflicto los reubicó entregándoles los títulos de dominio de un predio de 75 hectáreas. Actualmente, los Marihuén están a punto de recibir sus viviendas definitivas en dicho lugar, donde momentáneamente hay cinco familias y un total de doce personas.
"Al principio nos costó acostumbrarnos, porque llevábamos toda una vida en Coronel. Fue duro en el primer año también por la necesidad de encontrar trabajo. Igual pudimos avanzar por el compromiso con el Gobierno de zanjar el tema de las casas. Uno agradece la buena disposición, considerando que ese trámite para otros se demora más tiempo. En nuestro caso lo de las viviendas está casi listo, pero siempre va estar la espinita de haber dejado la tierra de nuestros antepasados", explica el lonco.
"Hace unos días vino gente del Serviu y están viendo los últimos detalles de las casas, sólo nos falta el tema de la luz eléctrica y la instalación de los postes", agrega.
"Estamos algo ansiosos con ese tema de las viviendas", cuenta por su parte la madre de Alex, quien vive en la misma casa que tenían en Coronel, la que pudieron llevar al sitio. "Es un trabajo de mi difunto padre y quisimos traerla por su recuerdo", añade.
"No sabíamos cuánto se podía demorar la construcción de las otras casas y al comienzo estábamos todos en una casona muy helada. Aquí me entretengo con mis pollos y cultivos de hortalizas. Hay que pensar que esto es nuestro, además, tenemos mucha más tierra que antes para trabajar. Estoy tranquila, la lucha que dimos fue para mejor", señala.
Cabe apuntar que muchos miembros de la comunidad Marihuén se quedaron en Coronel por un tema laboral, pero el lonco es optimista y cree que más adelante varios de ellos volverán.
"Cuando estén listas las casas quizás lleguen los demás, pero es decisión de cada uno. Siempre vamos a ser comunidad", dice.
"Estoy tranquila, la lucha que dimos fue para mejor
Sonia Marihuén, miembro de la comunidad"
"En Arauco uno capta bastante clasismo
Alex Marihuén,, lonco de la comunidad"
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