Karen Loreto Retamal
Al pasar por la Ruta 160, desde Coronel hacia Concepción, sus banderas y arquitectura llaman la atención. Sin embargo, al entrar al restaurante de Eugenia Muñoz, "Al son de las tradiciones", no sólo es posible impregnarse de la cultura nacional, sino que también de lo autosustentable y sentirse además como un niño, ya que cada uno de sus rincones son para sorprender.
Es que su dueña aspira a ser el primer local ecológico de la región. "Mis papás siempre tuvieron restaurantes de comida casera y yo siempre soñé con el folclor y el campo. Pero me llamaba la atención el cuidado del medio ambiente y el reciclado. Quería hacer algo distinto a todos los restaurantes de la región, quiero marcar la diferencia con estas características: con adobe, reciclando, enseñando a los clientes a tomar conciencia del cuidado de la Tierra", explica.
Hace dos años que abrió sus puertas su negocio. Uno que destaca por sus sabores, pero también porque Eugenia ayudó a edificarlo. Cada espacio de su restaurante, que también incluye exteriores con salas de estar, casa en un árbol, laberinto hecho con jabas de bebidas, huertas y animales, entre otras maravillas.
"Hice cursos de permacultura, trabajo en tierra, bosques comestibles. Me he ido perfeccionando. La verdad es que esto nació de un sueño, al que le quise dar un sentido. Por ejemplo, yo trabajo el adobe, pero de una forma reciclada, con botellas de aislamiento. También ahora construí un domo, que tiene más 10 mil piezas recicladas. Dentro de todo eso, un día fuimos a limpiar una cancha de fútbol y nos trajimos 50 sacos de botellas plásticas. Mostramos una construcción distinta, que a la gente le ha llamado la atención", dice, agregando que "quiero mostrar que se puede. Puedo hacer unas casas para un perro que pueden ser de adobe. Eso le enseñamos a los clientes".
Educar
Eugenia no sólo ha edificado todo con sus manos y ha echado a andar su imaginación en su restaurante, sino que también ha promovido que sus trabajadores sigan este estilo de vida. Acá nada se pierde, sino que se reutiliza. Según cuenta, a sus cocineros debió educarlos en reciclar. También tiene un punto limpio donde ellos deben dejar plásticos, papeles y materia orgánica.
"Éste es un lugar distinto. Acá viene la gente que le gusta el folclor, la construcción...", aporta.
Al ver todo lo que ha hecho, se siente inmensamente feliz y agradecida. Según señala, "partimos con una cocina chiquitita, pero yo siempre dije que éste sería el primer restaurante autosustentable de la región. Ahora instalaremos paneles fotovoltaicos. Este es todo un concepto distinto y lo demostramos. De hecho, para el Día del Niño regalamos plantas de la huerta".
"Todo es una magia. Todo ha sido un camino. Es importante que la gente, más que un restaurante, sepa que hay que reciclar y reutilizar", sentencia.
"Partimos con una cocina chiquitita, pero yo siempre dije que éste sería el primer restaurante autosustentable de la región"
Eugenia Muñoz