Conce de noche: rostros de una ciudad que no duerme
Siete trabajadores nocturnos nos cuentan cómo es su pega y la ciudad mientras el resto duerme.
Ya sea por gusto, vocación o por haber encontrado la oportunidad de hacer negocios, miles de penquistas han elegido trabajos nocturnos, dándole vida a una ciudad que no duerme y que, entre la medianoche y la madrugada, es desconocida por muchos. Los matices, el ambiente y la gente que transita por sus calles se transforma, albergando personas insomnes, con vidas y rutinas muy distintas al común de la gente.
Barwoman
Daniela Torres, de 27 años, estudia Psicología y también trabaja como barwoman durante las noches, en el local "Maldita Sea", ubicado en el nuevo epicentro bohemio de la capital regional, en las cercanías de la esquina de Rengo con Argentina.
Según contó, ella compatibiliza la universidad con la pega, ya que la disco abre al término de la semana. Daniela es la encargada de la barra principal.
"Entro tipo nueve de la noche y monto la barra con todo lo que se necesita para la noche. Trabajamos a full toda la madrugada porque la disco cierra a las cinco. Nosotros empezamos a prepararnos para irnos como a las cuatro y media, pero en ese momento ya comenzamos a ver qué cosa necesitaremos para el siguiente día, especialmente en los tragos preparados", detalla.
A través del trabajo de Daniela, cuenta ella, se puede conocer un poco sobre el gusto y el estilo de los jóvenes penquistas durante la noche. Por ejemplo, explicó, los dos tragos por excelencia que se prefieren en Concepción "son las piscolas, que siempre en todos lados son las favoritas, pero también están muy de moda los mojitos cubanos, en distintas variedades, tanto en hombres como en mujeres".
Carritos de comida
En las cercanías de Rengo, en donde se ubica el "Maldita Sea", conviven todo tipo de jóvenes, con tendencias y estilos heterogéneos en busca de carretes en la gran cantidad de locales que hay por el sector. Cerca de las cuatro de la madrugada es común ver a cientos de ellos en la calle, muchos con hambre, "bajoneando" en los carritos que se han instalado por allí.
David Silva aprovechó ese nicho y cambió todo su estilo de vida para poder trabajar durante las noches vendiendo completos y sánguches en un puesto que lleva hasta el sector.
"Los taxistas y clientes le pusieron al local 'Minions', porque con mi hermano nos parecemos un poco a los personajes. Acá estamos toda la noche, nos retiramos como a las cinco. Pero el trabajo se hace también durante el día. En la semana vendemos más de 200 completos, entonces, es harto lo que hay que comprar. A eso de las cuatro de la tarde, ya estamos en pie buscando los insumos, como los tomates, paltas y la carne que hay que dejar preparando. Así estamos listos para salir pasadas las once de la noche".
Un sacrificio que ha tenido que hacer para poder trabajar, contó, es dejar de lado el dormir de corrido y se ha inventado un horario que le permite descansar con intervalos de dos horas. "Como llego cerca de las seis de la mañana, me pego una 'siesta' hasta las ocho, porque a esa hora tengo que llevar a mi hijita a la sala cuna. Después regreso y duermo otro poco. Hay hartas cosas que hacer y tengo que ayudar a mi señora", explicó David.
Sobre los peligros de trabajar de noche, indicó que se ha ido acostumbrando a tratar con desconocidos. Que en la calle, durante la madrugada se ve a muchas personas bajo la influencia del alcohol pero que él, por fortuna, no ha tenido nunca ningún problema.
Trabajo con Uber
Otro que ha tenido suerte con la seguridad es Pedro Sáez, quien se desempeña como conductor de Uber desde hace ocho meses. Confesó que se siente un noctámbulo y que prefiere la noche porque se siente más seguro manejando que en el día. "Las calles son más expeditas, los recorridos son más rápidos y eso es lo que me gusta a mí. Trabajo harto con jóvenes, Concepción es una ciudad bien jovial por la noche".
Sáez relató que "a veces uno les saca el rollo a las personas que andan de noche y que vienen de fiestas, cuando se portaron más o menos mal y empiezan a sacarse los trapitos al sol arriba del auto. Lo bueno es que nunca me ha ocurrido un problema, pese a que otros colegas han sufrido asaltos. Para eso nos comunicamos con grupos en la aplicación Zello y también Whatsapp".
Patrullajes nocturnos
En ese sentido y preocupados por la seguridad de quienes trabajan o se movilizan de noche, Carabineros de la Primera Comisaría de Concepción tiene una planificación específica respecto a sus servicios, durante las madrugadas.
Según contó el subteniente Sebastián Escobar, a cargo del turno de la madrugada de ayer, "vamos recorriendo las calles del centro y distintos sectores de la ciudad, atentos a los llamados de la gente y fiscalizando sospechosos. Con el tiempo, uno va identificando a los personajes que transitan por las veredas y pernoctan en el centro. Por eso, cuando vemos a desconocidos que salen de lo común, procedemos a fiscalizar. Así se logran muchas detenciones de personas con órdenes vigentes".
El subteniente Escobar añadió que "a lo que estamos más atentos es a identificar posibles robos a cajeros, lugares habitados o delitos que afecten a la integridad física de las personas". Respecto a cómo lo hacen para descansar a quienes les toca la jornada nocturna, contó que "entramos a las 21.30, hasta las 7.30, con preparación previa durante el día. Después podemos descansar hasta que comienza el siguiente turno".
Hospital Regional
Otro lugar que no conoce el descanso durante las noches es el Hospital Guillermo Grant Benavente, el más grande de la Región del Biobío. Esa categoría y sus avanzadas instalaciones, llevan a sus funcionarios a estar dando siempre lo mejor de sí mismos, para atender a los miles de pacientes que necesitan de sus cuidados durante cada jornada. Según contaron los trabajadores, por las noches suelen encontrarse con situaciones aún más complejas que en el día, sobre todo en la Unidad de Urgencias, en donde llegan personas accidentadas, atacadas o enfermas.
Roberto Poblete, enfermero de dicha sección desde hace tres años, contó que "tenemos harta carga laboral por el trabajo que desempeñamos. Nosotros decimos en nuestra jerga que 'el turno sigue' porque también debemos completar las cosas que van quedando durante el día, como exámenes e imágenes que se les deben hacer a los pacientes. El flujo de gente comienza a bajar, recién, a las dos de la mañana. Después de eso, si llega algún caso más, por lo general es más grave. Nuestro trabajo también tiene que ver con el trato que se les da a los pacientes. Pero no sólo a ellos, sino que también a sus familias. Hay que saber lidiar con las personalidades de quienes vienen, porque sabemos que han debido esperar y muchos llegan con dolor".
Lucía Leiva, auxiliar de servicio del hospital, contó que su trabajo es trasladar a los pacientes a sus exámenes o hacia la hospitalización. "A mí lo que más me gusta es hacer todo rápido y fluido, para darle una buena atención a las personas. En las noches cuesta un poco más, pero para eso tomamos harto café", dijo.
Anécdota de taxi
A lo largo de 13 años trabajando en las noches como taxista del Barrio Estación, Víctor Melo ha acumulado un montón de anécdotas. Entre las esperas por clientes, él y sus colegas comentan las historias aunque siempre, con el mayor sigilo para proteger las identidades de los involucrados. "Una vez, una señora me llamó para una carrera. Teníamos que seguir a un auto y después me fue explicando que ahí delante iba el marido, que lo quería pillar siendo infiel. Y resulta que ella tenía toda la razón, terminamos de noche recorriendo la ciudad y terminando en un motel del camino a Penco, en donde finalmente lo pilló".
"Duermo a intervalos de dos horas en el día
David Silva,, comerciante"
"Me gusta hacer todo rápido y dar buena atención
Lucía Leiva,, auxiliar de servicio"
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