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Lobo marino apareció muerto en canal Ifarle y bien lejos del océano

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Una gran sorpresa se llevaron ayer los vecinos del sector parque residencial Las Salinas, al encontrar un lobo marino muerto en el canal Ifarle.

"Mi hijo fue quien lo vio primero. Íbamos caminando al consultorio, cuando miró adentro y me preguntó qué era lo que estaba ahí, sin movimiento y yo muy sorprendida le dije que era un lobo marino sin vida", comentó Aida Conejeros a La Estrella.

El hallazgo fue inmediatamente difundido entre los residentes, quienes en todo momento, estuvieron pendiente del cuerpo. "Como iba rápido, le comenté a unos vecinos que estaban cerca y fueron ellos quienes dieron aviso a las autoridades de la situación", indicó la mujer.

"Cuando supimos, mi hijo llamó altiro a Carabineros. Ellos nos derivaron al 137, número de teléfono de emergencias marítimas donde nos dijeron que se iban a comunicar con Sernapesca", señaló por su parte Bernardo Martínez.

Inquietud

Entre los vecinos existe una gran preocupación por la inminente descomposición del cuerpo del lobo de mar. En este sentido, explicaron temer que el ejemplar no sea retirado de inmediato y que el olor a putrefacción se comience a expandir. "Tememos que quede aquí por días y no lo saquen pronto porque ya otros animales de agua se lo están comiendo y su desintegración puede dañar la naturaleza de la zona", explicó Aida Conejeros.

La otra opción factible para los choreros es que el cadáver se lo lleve la subida del agua hacia otro lugar. "Nuestra teoría es que llegó así. Ojalá que se encuentre una solución pronto porque tampoco la idea es que ande por todos lados del canal", indicó Martínez.

Vecinos luchan para salvar bosques llenos de riquezas

Quebrada de Caramavida se llama el terreno de 40 mil hectáreas que defienden.
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José Manuel Castillo

No usan espadas ni escudos, pero tienen el mismo tesón de los guerreros para defender un terreno de 40 mil hectáreas, enclavado en la Cordillera de Nahuelbuta. Se trata del Grupo Ecológico Altue (Terruño Amado en Mapundungún) que desde 1991 trabaja en la protección de la Quebrada de Caramavida.

La profesora Silvia Toro, presidenta de la agrupación, señaló que en los últimos seis meses vienen trabajando en la recolección de firmas, que en las próximas semanas presentarán ante los directorios de las cuatro forestales que son dueñas de una parte del predio (Mininco, Volterra, Tierra Chilena y Bosques Arauco). Hasta el momento llevan cerca de dos mil y quieren sobrepasar las cinco mil.

"Nuestro objetivo es lograr que la Quebrada de Caramavida sea protegida por ley", señaló la docente. "Actualmente dichas empresas tienen declarado al terreno como de Alto Valor de Conservación y lo que nosotros queremos es que ellos nos acompañen en este proceso que concluya en la declaración de protección", agregó.

Bernardo Reyes, docente de la Universidad de Chile y asesor técnico del Grupo Ecológico Altue, dijo que la declaración de espacio protegido es una demanda, reconocida, por los habitantes de Contulmo, Cañete, Los Álamos y Curanilahue. "Es una necesidad urgente, el que sea protegida", acotó.

Educación

Para dar a conocer el patrimonio natural de este lugar es que los integrantes de Altue construyeron una maqueta a escala de la quebrada, la cual, habitualmente presentan en escuelas, organizaciones comunitarias y ferias ciudadanas. "Es un instrumento educativo que nos permite explicar, de mejor manera, la riqueza de este lugar ubicado dentro de los límites comunales de Los Álamos", agregó.

Con la maqueta en las manos, la comunidad puede informarse acerca de los animales que allí viven, tales como, Monito del Monte, Rana de Darwin, Sapo de Bullock, Zorro de Darwin, Puma, Pudú y Pájaro Carpintero. También muestran los vegetales como Araucaria, Michay Rojo, Pitao, Queule, Ñirre, Coigüe y Roble.

Entre sus cerros nacen varios esteros que alimentan a los ríos Caramavida y Tucapel. También hay un humedal.

Historia

Cabe apuntar que este centro, que hoy recibe el apoyo de muchos profesionales e instituciones, nació en 1991, en la sala de clases del quinto básico de la escuela Leoncio Araneda de Cañete. La profesora Silvia Toro contó que cierto día los niños le manifestaron su preocupación por la tala de árboles nativos que se estaba haciendo en los cerros que están frente al colegio.

"Me preguntaban por qué la cordillera se estaba quedando desnuda. Allí investigamos y nos enteramos de lo que estaba pasando. Así de simple empezó todo y vamos por más", finalizó.

22 alumnos de la escuela Leoncio Araneda de Cañete iniciaron el grupo ecológico Altue.

5.000 firmas esperan reunir en el centro de defensa de la Quebrada de Caramavida.