El limón es una fruta clave dentro de la cocina, ya que no solo ayuda a las preparaciones como salsa, postres, tragos y platos; sino también cumple la función de retardar la oxidación en los alimentos.

Se acerca Semana Santa y su rol es clave para consumir productos del mar. No obstante, hoy sufre un alza de precio importante, así como ha pasado con otros productos básicos.

Ante esto es necesario saber aprovechar al máximo el limón. Aconsejo exprimirlo por completo y usar su piel, pero solo la parte amarilla, pues lo blanco aporta amargura. Para ello, podemos ayudarnos de un rallador y así utilizar la piel dentro de cualquier preparación que necesitemos el sumo de este, ya sea en tragos o platos.

Este fruto como aderezo aporta acidez, que se trasforma en frescura en las ensaladas, usándose como una emulsión o de forma directa. No obstante, si necesitamos reemplazarlo por su alto valor, podemos ocupar el sucedáneo de limón y levantar la acidez con su jugo natural y su piel. También se pueden utilizar otros cítricos, como pomelo, naranja y piña; pero optar por fruta natural y no en conserva.

Por último, está el vinagre, que cumple la misma función como aderezo, ya sea como emulsión o de forma directa. En esta variedad, el vinagre blanco sería lo más cercano para reemplazar al limón.

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