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En el hospital chorero trabaja la mano amiga de los abuelos

Un grupo de profesionales cien por ciento comprometido es el que pone el hombro por los adultos mayores.
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Cecilia Bastías Jerez

Un trabajo que exige mucha atención, empatía hacia el paciente y con un grupo etario que crece en forma importante, es el que se realiza a diario en la Unidad de Geriatría del Hospital Las Higueras de Talcahuano. Ésta se formó el año 2001 con solo un médico y gracias al trabajo constante y a las nuevas necesidades de la población, ha ido adquiriendo cada vez más profesionales.

"Esta es la única unidad de este tipo en la Región del Bío Bío dada la escasez de médicos geriatras. Lleva varios años conformándose y con el objetivo de ser multidisciplinaria", señala Claudia Sáez, médico internista especialista en Geriatría. "Contamos con dos médicos geriatras, una médico general, dos enfermeras, un kinesiólogo, una terapeuta ocupacional y una trabajadora social. Colaboran con atenciones otros profesionales como nutricionista y psicóloga", menciona.

Esta unidad se encuentra en el Servicio de Medicina del hospital chorero. "Nos distribuimos en una sala dónde se atiende al paciente y a la atención tradicional le agregamos la rehabilitación aguda en la hospitalización", señala la doctora Sáez. De acuerdo a la profesional, es, precisamente la hospitalización, uno de los eventos más adversos para los adultos mayores. "Por eso intentamos evitar que se deteriore funcionalmente y globalmente en su salud", detalla. "El objetivo es que la permanencia sea lo más corta posible en la medida que se cumplan los objetivos", comenta.

Hay nueve camas disponibles, con una estancia mínima cercana a las dos semanas, sin embargo, hay casos de vulnerabilidad social por lo que permanecen mucho tiempo más. En este sentido, para los miembros del equipo, uno de los desafíos es poder atender a un mayor número de pacientes y poder contar con espacio para que un familiar, de cada paciente, pueda quedarse con él. En cuanto a las afecciones por las que llegan, Claudia Sáez indica que, principalmente, son por problemas respiratorios y cardiovasculares.

Lo EMOCIONAL

Gran parte de los pacientes que llegan a esta unidad, son personas en vulnerabilidad social y algunos en situación de abandono. "Por eso también hacemos acompañamiento en final de vida muchas veces, tenemos que hacerlo dentro del hospital", afirma. "Hemos sido muy marcados por la hospitalización prolongada de algunos pacientes que no tienen familia y que terminan falleciendo con nosotros en el servicio y hemos tenido que trabajar en el manejo de estas situaciones como equipo", explica.

La enfermera de geriatría, Patricia Sandoval, comentó lo relevante que es la salud emocional. "El hecho de contar con alguien cercano o significativo hace que esté más tranquilo, que tenga menos probabilidades de caídas y retiro de sondas", puntualiza. "La contención emocional, al estar al lado, en un bergere, por ejemplo y simplemente decirle estoy aquí, nos disminuiría por lejos esas complicaciones", establece.

Por su parte, Claudia Fuentealba, enfermera de la unidad, comenta que en los seis años que lleva trabajando, ahí ha comprendido que trabajar con adultos mayores es un trabajo muy especializado. "Es un grupo etario que tiene necesidades especiales. El apoyo psicológico es vital, dice.

Integración

Lissette Riquelme, es asistente social y trabaja con estos pacientes. "Tenemos un abanico de situaciones, creo que el setenta por ciento son vulnerables. Hay demasiado abandono del adulto mayor. Cuando vemos las realidades en los domicilios nos encontramos con que muchos vecinos ayudan a personas que están solas", confiesa. Precisa que en situación de abandono, al paciente no se le puede dar de alta hasta encontrar un cupo en una institución.

En tanto Luis Salas, kinesiólogo, destaca que con los abuelos se dan relaciones muy lindas. "Uno tiene una vocación, es importante tenerla, porque permite tener la empatía suficiente, porque muchas veces tienen disminuida su audición y visión y uno tiene que estar atento a sus necesidades", asegura. "Basta un par de días para que un adulto mayor disminuya a un cincuenta por ciento su funcionalidad. Se les disminuyen sus fuerzas (...) tratamos de levantarlos lo antes posible", dice. "Es básico darles confianza y que se sientan relajados para que sociabilicen con los otros pacientes", agrega.

"Uno tiene una vocación y es importante tenerla, porque permite tener más empatía"

Luis Salas,

kinesiólogo."