Cecilia Bastías Jerez
Un toque bastante sensible tuvo la entrada a clases de la escuela de San Sebastián de Manco, en Florida, donde desde ayer acogen a los estudiantes de Crucero de Huaro, quienes perdieron su establecimiento educacional producto de los incendios. Para todos el de ayer fue un emotivo inicio de clases, que incluyó llanto durante la interpretación del Himno Nacional.
Rosa Caamaño, directora de la escuela de Manco, indicó que acogen con mucho cariño a los niños recién incorporados. Dos hermanos llegaron desde el recinto de Huaro en el primer día de clases, quienes tendrán una sala con su profesor y compartirán el establecimiento.
Andrea Poblete (11), alumna de la escuela que se quemó, ayer estaba feliz de poder ir a clases con su hermano Manuel (6). "Pensé que iba a estar con mis primos, pero después se fueron a Rahuil. Cuando nos reconstruyan la escuela, ojalá que volvieran", dijo.
Manuel contó que "estoy contento. Me levanté temprano y me costó quedarme dormido anoche".
Victoria Silva, asistente de la educación en Crucero de Huaro, también se integró a Manco. "Aquí me dijeron que me tocaría ver la sala, pero yo estoy dispuesta a cooperar con lo que sea", afirmó.
Y aunque no llegaron los cinco niños inscritos en su escuela, el director de Crucero de Huaro, Gonzalo Hernández, comentó que "es bueno volver a la rutina, para los niños que sufrieron tanto viendo su segunda casa quemada".
Apoderados
Luz María Montoya, madre de Héctor Sepúlveda (6), contó que el 25 de enero se les quemó todo por el incendio. "Pudimos salir los tres no más. Mi hijo estaba con pesadillas. Ahora está más tranquilo y con el colegio se empezó a olvidar del incendio", detalló.
José Sepúlveda, padre de Héctor, contó que ya están saliendo a flote, y que al pequeño el hecho de entrar a clases lo tenía entusiasmado. "Se probaba su ropita en la casa, y con eso uno como padre se siente feliz", indicó.
"Vengo a primero y quería entrar, me gusta estudiar matemáticas", dijo el pequeño Héctor al llegar a su jornada escolar.
11 niños estudiarán ahora en la Escuela de Manco, hasta que reconstruyan la de Crucero de Huaro.