Alfonso Levet G.
En Chacra Santa Alicia tienen claro el ritual para conmemorar el terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010.
Al igual que todos los años, los vecinos se reunieron durante esta madrugada para recordar a aquellos que fallecieron arrastrados por las olas del maremoto que azotó a la zona esa fatídica fecha.
El ritual
"Como a las 11.00 de la noche empezamos a reunirnos, y después los vecinos bajan. La gente lleva flores, velas y, cuando va a ser la hora del terremoto, nos tomamos de la mano y hacemos un círculo, le pedimos al tatita Dios que esto no se vuelva a repetir nunca", cuenta Elena Gallegos, antigua vecina del sector y la primera presidenta que tuvo la junta de vecinos.
"Para los días del terremoto nos juntábamos en el pasaje y hacíamos una olla común para poder comer. Todos traían lo que podían y cocinábamos. Después empezó a llegar ayuda de otros lados", agrega la que por años fuera dirigenta social en diversas instancias y que, hoy por hoy, tiene su casa inclinada producto del terremoto. Pese a ello, todavía no ha podido arreglar su vivienda.
Ya han pasado varios años desde que los vecinos instalaron una cruz de madera para conmemorar a quienes perdieron la vida junto al río.
"Por eso nos juntamos ahí. También vienen familias de otros lados, Chillán por ejemplo. Es un momento de reflexión porque fue muy terrible lo que pasó", finaliza.
Unidad a toda prueba
Si hay algo que los vecinos valoran es que ese episodio de dolor los unió más, pese a que siempre fueron solidarios.
María Hernández, más conocida como "la Nené", se toma un tiempo entre sus actividades para contar que "aquí no llegó el mar, pero las casas se hicieron tira, todas las que están aquí son de después del terremoto".
"Los primeros años venían las autoridades a participar de los actos y se juntaban con nosotros y ahora sólo viene la gente que de verdad sufrió, más algunos que se nos suman. Es muy malo lo que han hecho de olvidar esta fecha", se lamenta la Nené.
Siete años
Temprano desde ayer ya se estaban organizando para la jornada de esta madrugada.
En el lugar aprovechan de contar historias del día del terremoto, cómo lo vivieron, a quienes perdieron, "es como una terapia que nos une a todos", explica una vecina que no ha fallado ningún año al emotivo y espontáneo acto vecinal. "Los más jóvenes también se suman, porque saben que es una fecha importante para todos".
La Nené explica que los bomberos donaron una plaquita conmemorativa que recuerda el día.
Los trabajos de encause del río amenazaron con hacer desaparecer el lugar, donde -además- hay lugar para la figura de una Virgen que llevan de madrugada para rezar.
"Oramos, rezamos y nombramos a los vecinos que fallecieron. También por los que están vivos, para que nadie vuelva a sufrir algo como lo que pasó. Pedimos por todos para que ojalá Diosito nos proteja y no pase algo así de nuevo", finaliza la vecina.
"Nos tomamos de la mano y le pedimos al tatita Dios que esto no se vuelva a repetir nunca".
Elena Gallegos, ex dirigenta."