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San Valentín se prepara por posibles rebrotes

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Hace tres días que los vecinos de villa San Valentín, ubicado a metros de Palomares, se encuentran devastados tras perder por completo sus casas. Los más afortunados hoy permanecen resguardando lo que queda de sus viviendas por posibles rebrotes. "Se quemó entera mi casa, es una pesadilla. Todo esto es muy fuerte, porque pasó súper rápido. Nosotros vivimos en un lugar donde hay árboles y uno estaba acostumbrado un poco a esto, pero nunca tuvimos un incendio de la magnitud y de la fuerza que agarró. ¡Jamás!", indicó Carolina Vega. Frente a lo vivido, los residentes se encuentran vigilando el lugar por posibles rebrotes. En este sentido, explicó que en la madrugada del viernes tuvieron que cortar todos los arbustos que rodean el hogar de sus abuelos, para que éste no terminara envuelto en llamas. "Hemos recibido ayuda de privados con quienes en conjunto hemos limpiado, desmalezado y botado varios árboles. Tenemos las motobombas y estamos organizados por cualquier cosa", comentó.

Un desolador panorama se vive en Chaimávida

Animales, casas y bodegas fueron arrasados por las llamas. Vecinos lamentan todo lo perdido.
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Andrea Neguiman Pozo

Pese al panorama desolador con que amanecieron ayer, los vecinos de Chaimávida se encontraban bastante tranquilos. Lo peor había pasado, dejando atrás casas, bodegas y otros bienes materiales convertidos en cenizas. "Lo que vivimos no se lo doy a nadie. Con mi familia estuvimos pendientes todo el día del incendio, pero en cosa de segundos, las llamas ya estaban al lado de nuestra casa", indicó José Marcelino Vidal.

Este agricultor, de 63 años, perdió una bodega y un taller. Sin embargo, lo que más lamenta es la muerte de sus animales. "Se me quemaron varias aves y eso igual me da harta pena. Hace 18 años también sucedió un incendio grande, pero éste fue mucho más violento, porque quedamos rodeados por las llamas", expresó.

Con una sensación parecida despertaron algunos pobladores del sector Caserío de Chaimávida. "Estábamos pendientes y veíamos el humo muy lejos. Nos pusimos a tomar té con mi prima y mi marido cuando de repente, las llamas estaban al lado de la Cubanita, así le llamamos a la casa", comentó Margarita Riquelme.

"La verdad es que alcanzamos a sacar sólo las carteras cuando el fuego ya había arrasado con la bodega. Corrimos hasta la ruta a Cabrero y desde ahí miramos cómo los demás vecinos y mi esposo hacían lo imposible para que las casas no se quemaran. Gracias a Dios no nos pasó nada y la casa quedó intacta", añadió .

"Lo que vivimos no se lo doy a nadie. En segundos las llamas estaban en nuestra casa"

Sofía Contreras, vecina"