Manuel Muñoz González
Jugar con uno menos contra Brasil siempre parece poner las cosas cuesta arriba. Más aún si el cuadro carioca llega, como tantas veces, siendo el favorito en este tipo de instancias juveniles. Así lo vivió anoche la selección chilena Sub 20, en su estreno en el torneo sudamericano de la categoría, debiendo batallar durante gran parte del encuentro con la inferioridad numérica.
¿La razón? La expulsión de quien llegaba a este certamen como su principal figura, el delantero Jeisson Vargas, jugador de Estudiantes de La Plata de Argentina, quien debió irse a las duchas cuando apenas se jugaban 34 minutos de partido.
Obligado por la circunstancia, la Rojita debió redoblar esfuerzos y le dio pelea al Scratch, aunque con el pasar de los minutos los brasileños metieron harta presión sobre el terreno chileno. De hecho, sobre el final del primer tiempo, el palo fue en ayuda del meta Gonzalo Collao, cuando Felipe Vizeu ya comenzaba a celebrar. El mismo Collao ahogó el grito de gol en una doble tapada brillante a los 52', en lo que sería el presagio de un segundo tiempo de Brasil buscando con todo, y una Rojita aguantando el chaparrón.
Por si fuera poco, desde la banca también fue expulsado Jaime Carreño, aparentemente por reclamar. La jornada también fue negra para los representantes de la zona, pues Víctor Dávila, de buen cometido, debió abandonar lesionado a cinco del final.
Pese a las adversidades, Chile terminó rescatando el 0-0, que lo deja en buen pie para lo que se viene.
Retar al local
Luego del empate de anoche, ahora el equipo que dirige el "Choro" Héctor Robles deberá medirse ante el local, Ecuador, que, tras caer en el debut precisamente frente a los brasileños (0-1), anoche logró un ajustado triunfo en el último minuto por 4-3 frente a Colombia.
Un encuentro en que la Rojita debe rescatar puntos si quiere seguir en la pelea por uno de los tres cupos a la 2ª fase de su grupo en el torneo juvenil.