Dicen que las mascotas se parecen a sus dueños y, en el caso de "Sir Perro", su carácter reflejaba la forma de vida de miles de estudiantes de la Universidad de Concepción, a quienes acompañó en clases, certámenes, marchas, conciertos o cualquier actividad que se hacía en los pastos del campus. Pese a que su nombre era una leyenda penquista desde hace varios años, ayer pasó a la historia, tras fallecer en la Clínica Veterinaria de dicha casa de estudios.
Carismático y famoso
Las muestras de cariño hacia el can incluyeron miles de comentarios en redes sociales, llamados telefónicos a sus cuidadores e incluso artículos de prensa en distintos medios de comunicación a nivel nacional.
Quienes no conocieron al emblemático animal, deben saber que comenzó a frecuentar la ciudad hace, al menos, seis años. Ya era adulto cuando llegó y su carisma un tanto engreído, lo hizo ganarse el apodo de "Sir". Aún así, explican sus amigos universitarios (tanto estudiantes como ya jóvenes profesionales), "apañaba en todas".
En Facebook, 19 mil personas seguían su página. La administradora de dicho espacio, Paulina Gavilán, era también la encargada de comprarle su comida y remedios, cada vez que enfermaba.
Según explicó, Sir Perro "nos dejó en el sueño, durante la madrugada, en la clínica. Lo estaban tratando por un caso de distemper, aunque eso lo va a confirmar una necropsia".
Un alumno más
Recordando qué era lo que llamaba la atención de todos, Gavilán coincidió en que se trataba de su comportamiento. "Era distinto. Él no parecía un perro, era como una persona carismática, muy metido. Iba a clases. Una vez lo vimos dos horas pendiente de una, como un alumno, como si estuviera aprendiendo. Se quedaba estudiando en la biblioteca con nosotros y, cuando había marchas, estaba en todas", relató.
Diego González, ex alumno de la UdeC, contó que "cuando estuvimos en toma, él se quedaba con nosotros y cuando había desalojos, espantaba a quienes nos venían a sacar. En las protestas nos defendía y, si nos tomábamos una cerveza en los pastos, también echaba a los guardias que nos querían retar".
Según contó su "escudera" y cuidadora, tras la necropsia espera cremar los restos del popular can y dejarlos en la universidad. Algunos han propuesto incluso plantar un árbol junto a sus cenizas. "Yo estudio en artes. Hago mosaicos, nos gustaría hacer uno, o una estatua", dijo su compañera de universidad.
19 mil personas siguen en Facebook al can. Esperan que sus cenizas queden en el campus.