Hace una década el mercado de la telefonía móvil cambió para siempre. Steve Jobs presentaba su nueva invención: el iPhone. Un dispositivo que, como ya es característico de Apple, venía a romper esquemas tomando tecnologías innovadoras y presentándolas en un paquete intuitivo, ergonómico y estéticamente agradable. Diez años y 15 modelos de iPhone después, el imperio de la manzana divide opiniones (y billeteras) por sus polémicas innovaciones en su afán irrenunciable de forzar cambios en la industria tecnológica.

Eliminar el puerto de audífonos de su nuevo dispositivo es temerario, como también lo es cobrar cerca de $159.900 por la alternativa de auriculares bluetooth de la compañía, los AirPods. Quizás en su afán de forzar cambios vanguardistas, la empresa liderada por Tim Cook olvidó que a veces hay que escuchar al cliente. Con un promedio de 1.5 modelos nuevos por año, uno esperaría más cambios sustanciales de prestaciones y menos obstáculos para utilizar nuestros teléfonos.

Carga rápida o inalámbrica, almacenamiento expandible, capacidad para múltiples tarjetas SIM y la posibilidad de usar navegadores web externos son algunas de las características que muchos dispositivos Android tienen y aún no están presentes en los terminales de Apple (¡aunque el logo de la manzana está más bonito que nunca!). En fin, en diez años más tendremos otros 15 modelos de iPhone para seguir disfrutando las ideas que instauró el genio de Steve Jobs.

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