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Fanáticos de las combis explican por qué aman el clásico modelo

Coleccionista, dueño de café-combi y los hinchas de la Roja que pasean en su furgón futbolero, destacan lanzamiento de una moderna versión del vehículo anunciado por Volkswagen, aunque no cambian el diseño antiguo.
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Andrea Neguiman Pozo

La combi, el clásico vehículo que movilizó a cientos o quizás miles de hippies en Woodstock, está de vuelta, y esta vez en una versión futurista. En la edición 2017 del North American International Auto Show, los ejecutivos de Volkswagen presentaron al mundo la nueva versión de su ícono modelo, esta vez bajo el nombre de I.D. Buzz, que cuenta con un motor eléctrico de 369 caballos y cuya autonomía sería de unos 600 kilómetros. Sus puertas se podrán abrir automáticamente con un par de palabras o gestos que elija el conductor como comandos.

Tal anuncio sorprendió gratamente a quienes se dicen llamar fanáticos de las combis. "Vi su presentación y la encontré súper bella, pero ni siquiera he querido saber cuánto es lo que están pidiendo por ellas, ya que hace algunos años, la marca sacó mil piezas para los seguidores y su precio en plata chilena era más o menos 45 millones de pesos", comenta Manfred Obrist.

Este penquista cuenta con una gran colección de combis en miniaturas. Asegura que este pasatiempo es su pasión y que ayuda a compensar el deseo de tener una propia en tamaño real. "Tengo 35 años y nunca me he podido comprar una por diferentes razones. Existen prioridades en mi vida, pero sé que algún día podré concretar ese cachito", indica.

Sus figuras se encuentran exhibidas en la Galería de la Historia de Concepción, que está ubicada en el Parque Ecuador a la altura de Lincoyán. "Ahí están expuestos todos mis años de buscar, de comprar combis de todos los modelos, de todas las escalas y de todos los materiales. Incluso, tengo una de goma que son de los años 60, también de cerámica y con características de metal. En total tengo 100 combis ahí, aunque ahora tengo cinco más que me llegaron hace poquito", asegura.

La pasión por este tipo de furgoneta nació en él hace 10 años y puntualiza que su primera figura la adquirió en una feria libre. "En primera instancia, a mí no me gustaban las combis hasta que las comencé a ver desde un punto más pintoresco (…) De un momento a otro, me comencé a dar cuenta de todas las características positivas que tenía. Por ejemplo, es un vehículo que es simple que no tiene mayor ciencia, pero me gusta su forma de pan que tiene. El modelo que más me gusta es la Westfalia", indica Obrist.

-¿Y cuántos más existen?

"Están las tradicionales que se realizaron por la Volkswagen, en Alemania. Y después, la empezaron a fabricar en Brasil. Personalmente, a mí me gusta la versión original, porque es refrigerada por aire... No es con radiador como el auto característico. Esa es una de las cosas malas que tiene, que se calientan muy rápido y producto de eso, se pueden incendiar".

Actualmente, su mayor distribuidor es una juguetería penquista que se dedica a traer este tipo de automóviles para colección. "Me hice amigo del dueño. Él me avisa cuando llegan y me las guarda. Me han costado desde dos mil pesos hasta $140.000. Pagué eso por una de Lego, claro que hay muchas más caras".

La mundialera

Para los patiperros de la Kombi Mundialera, la nueva Volkswagen es extraordinaria y está acorde con la tecnología de la época. "Nos parece excelente que la empresa continúe potenciando este tipo de modelo de automóviles y que se realice con modificaciones que vayan en beneficio con el medioambiente... Nos parece buenísimo", comenta Omar Ainie.

El joven, uno de los tres mosqueteros que disfruta a concho de esta popular combi futbolera, explica que igual se quedan con la versión antigua debido al romanticismo que genera por sí misma. "La nueva parece un furgón cualquiera y eso es lo único que no nos pareció. Sin embargo, no hay como la viejita que hay que parar varias veces para que no se caliente tanto, que es mecánica y que sus pannes no son tan cuáticos porque se pueden solucionar en cualquier vulcanización del país", indica.

En simples palabras, no cambiaría por nada del mundo el vehículo debido a los bonitos momentos que ha vivido en carretera. "José Luis y Tomate son primos, y son los dueños de la combi. Ellos fueron al Mundial de Brasil, donde la pasaron estupendo", dice.

-¿Y qué viaje te has mandado tú?

"Hemos realizado giras por Chile (...) Por ejemplo, ya hemos estado en Concepción y sus alrededores, después fuimos a Coquimbo, La Serena... en el fondo nosotros realizamos estas visitas para que la gente la conozca, es netamente promoción".

En este sentido, explica que se encuentran gestionando un proyecto con el que esperan conseguir las lucas para llegar hasta el Mundial de Rusia. "Queremos hacer una especie de docureality por las distintas plataformas que tenemos. Comenzará las próximas semanas y el contenido será los malabares que realizaremos nosotros para llevar la combi a Rusia. Por esto, necesitamos que la gente le ponga 'me gusta' a nuestro fanpage en Facebook y así poder conseguir auspicios que nos puedan dar una manito para lograr nuestra meta", añade.

Café al paso

"Tiene harta tecnología y todo su cuento, pero a mí no me gustó nada porque pierde toda la ciencia que tiene la antigua", comenta Simón sobre el nuevo modelo de combi. "Creo que es puro negocio de la marca, ya que no rememora nada", sostiene el dueño de "Bird Café", emprendimiento que marcha precisamente sobre uno de estos queridos furgones.

En este punto, asegura que no hay como la versión de los años 70, espaciosa y buena compañera de grandes batallas. "Mi combi es vieja. Me la compré para trasladar algunos artículos de velero, pero un día quedé sin pega y decidí emprender en el rubro del café. Esto fue sin pensarlo, ya que poco antes de eso, me había comprado una máquina para hacer café, que es bien antigua. Se dio que la arreglé y me lancé con este proyecto".

-¿La venderías?

"No, por nada del mundo. Este cacharrito quedará para mi hija. Además, me veo trabajando por un buen rato en esto… Vendiendo mi café en la Plaza Perú, parado ahí muerto de frío desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde (ríe)".

"Es un vehículo simple, que no tiene mayor ciencia, pero me gusta la forma de pan que tiene"

Manfred Obrist,, coleccionista"

1950 fue el año en que se introdujo la popular combi, nacida como "Volkswagen Type 2".