M. Saavedra / A. Neguiman
Por precaución, gran parte de los vecinos de los sectores costeros de la región evacuaron, ayer, hacia zonas alejadas del mar, antes de las 13.00 horas, haciendo colapsar rutas y servicentros. Durante la mañana, se fueron informando del terremoto 7.6 que se sacudió la Isla de Chiloé y que, en un comienzo, generó una alerta por una posible variación en las olas.
Evacuación
La alerta de tsunami se generó a eso de las 11:39 de la mañana y sólo bastó un par de minutos, para que cientos de celulares recibieran mensajes de texto solicitando abandonar la zona de playa.
La situación en la costa del Gran Concepción se tornó preocupante desde un principio, incluso, hubo sectores en que el tráfico vehicular colapsó. Así sucedió, por ejemplo, en Boca Sur, donde varias familias decidieron evacuar hacia lugares en altura. Sin embargo, lo hicieron en auto pese a que no está recomendado en situaciones como la que se vivió ayer. "Vivo como a tres cuadras de la playa y decidimos, con mi mujer, salir a un lugar seguro por mis hijas. Sé que no pasará nada, pero prefiero prevenir igual", comentó José Paredes.
Este vecino fue uno de los tantos conductores que tuvo que lidiar con una extensa fila de vehículos y con una larga espera. Todo, para poder salir desde Boca Sur hacia la Ruta 160. "Nunca pensé que tanta gente iba a tratar de irse de la población. En dar la vuelta en la rotonda (entrada del sector) me demoré unos 15 minutos. Mucho más de lo normal", señaló Fernando Galaz.
Cerraron locales
En Talcahuano, en tanto, los restaurantes de La Poza tuvieron que hacer efectiva la solicitud de la Armada frente a la alerta de tsunami. Por ende, cerraron sus locales y se alejaron del mar, a unos 80 metros de distancia. "Tuvimos que bajar las cortinas altiro y eso que teníamos personas comiendo a esa hora. La gente dejó sus platos, todo en la mesa", contó Luis Sepúlveda, quien es hijo de la dueña del restorant "Mar y Sol".
Una situación parecida se generó en el Terminal Pesquero del puerto, donde varios locatarios guardaron sus productos para ir a protegerse a los cerros aledaños. "Nos dio un poco de temor y todos salimos del mercado, pero con el paso de los minutos, algunas personas fueron volviendo a sus puestos de trabajo para sacar sus productos, incluso, para llevarse congeladores y otras cosas a sus casa", expresó Gisela Esparza, dueña del local "Carolina".
"La gente salió asustada y todos se fueron directo a la calle. Ahí estuvieron parados harto rato esperando instrucciones de las autoridades marítimas (...) Los clientes desaparecieron todos en ese momento, así que muchos comerciantes cerraron y decidieron irse a sus casas con la familia", añadió por su parte, Ingrid Soldado, quien se dedica a vender pan en La Poza.
El panorama que se vivió Penco estuvo mucho más tranquilo. Tanto pescadores como locatarios, fueron cautos a la hora de tomar decisiones frente a la emergencia. "El mar ha estado tranquilo y, por eso, pienso que no va a pasar nada aquí. Igual estamos atentos a cualquier cambio que se produzca. Por el momento (a eso del mediodía de ayer), no nos moveremos de nuestros locales porque tenemos el cerro al lado", comentó una de las vendedoras.
Pescadores
Por su parte, los pescadores artesanales llevaron sus botes mar adentro para prevenir cualquier daño producto del tsunami. Pese a todo, estaban confiados en que no iba a suceder alguna emergencia en la comuna.
Parecido fue el escenario que se produjo en Lebu, donde los hombre de mar también cuidaron sus embarcaciones. Todo esto fue en absoluta calma, ya que según indicaron desde la Capitanía de Puerto de Lebu, no hubo un gran movimiento de personas hacia lugares en altura. "La comunidad se tomó la alerta con tranquilidad y sólo se realizaron patrullajes preventivos en la playa para alejar a las personas de su orilla", comentaron desde la institución marítima.
En chiloé
Por otro lado, las familias de la zona siguieron de cerca la noticia registrada a más de 600 kilómetros al sur. Muchas de ellas, tienen seres queridos y amigos viviendo en lugares cercanos al epicentro, por lo que vieron, con preocupación, los constantes reportes e imágenes que graficaban los daños. A través de redes sociales, se difundieron impactantes testimonios y fotografías: Carreteras fracturadas, el mar recogido y gente huyendo hacia los cerros, fueron parte de la información que llegó desde el archipiélago.
Mario Fernández es penquista y trabaja como enfermero en el Hospital de Ancud. Además, contó, "soy el coordinador de emergencias, pero justo por Navidad, me encontraba en Concepción. Así que, a través de Whatsapp fui organizando la situación con mis compañeros. En la estructura no hubo daños y las camas estuvieron operativas. Pero sí se evacuaron por completo las zonas costeras. Además el transbordador sobre el canal quedó suspendido por el peligro de tsunami".
Cristóbal Valenzuela, oriundo de Talcahuano, pasó la Nochebuena junto a su familia, al sur de Castro. Desde allá contó que "nos vinimos a una cabaña todos y, mientras acompañábamos a los niños con sus regalos, comenzó a temblar. Cayeron las cosas de la mesa, los adornos navideños y costó mantenerse en pie. No fue tanto como el de 2010, ese lo viví en Los Lobos. Acá, en donde estamos, se cortó la luz. Iremos a pasar la noche (de ayer) a Ancud, que está más al norte".
"Nunca pensé que tanta gente iba a tratar de evacuar. Estuve metido como 15 minutos en un taco"
Fernando Galaz,, vecino de Boca Sur."