Frío o caliente, el té es un compañero ideal en cada momento, incluso es la segunda bebida más consumida del mundo después del agua. A los chilenos también le encanta este producto natural, por ello, hablaré de sus variedades y cómo se preparan.

Está el té negro, que es resistente y requiere alta temperatura para poder infusionar, entregar todo su aroma, color y generar intensidad. Los té más delicados, como los verdes y blancos, se quemarían si vertiéramos agua hirviendo.

Muchas veces escucho que a personas no les gusta alguna variedad de té, pero esto solo se debe a su mala preparación.

Sobre cuándo consumirlos, recomiendo empezar el día con las variedades más fuertes, e ir bajando la intensidad a medida que avanza la jornada. Por ejemplo, iniciar con un té negro o a media mañana, si es que aún no logramos despertar, también puede tomarse después de almuerzo con algún dulce de pastelería.

En el caso del té verde, blanco e infusiones, recomiendo consumirlos a media tarde o después de la cena, ya que tienen un efecto sedante y calmante, por si tuviésemos algún malestar estomacal. No aconsejo tomar té verde muy cargado en las mañanas, ya que este podría provocar alguna baja de presión.

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